La propuesta no interesa. El ataque, la acusación del contrario es prioritaria.

Voten por mi porque él o ella es pederasta, ratero, acosador, pillo. No propongo, denuncio.

Ideología, política, propuesta, partidos, valieron madre.

El ataque, la acusación, el espionaje, son prioritarios.

Simulación, impunidad, enriquecimiento ilícito, corrupción, lavado de dinero, influyentismo, amenazas, violencia, fuero, riqueza oculta, tráfico de influencias, peculado, cohecho, filtraciones, traiciones, riqueza inexplicable, anti-doping, cinismo, transparencia, represión, exclusión, intolerancia, agresión, son algunos de los “valores” distinguidos que han invadido las campañas.

Pobreza, empleo, salarios, riqueza histórica y cultural, variables microeconómicas y sociales, por mencionar lo mínimo, poco han llamado la atención de todos los protagonistas la mayor elección de todos los tiempos en la historia de México.

Es un proceso descompuesto. Podrido.

Como podrida está la política.

Alejar al votante de las urnas es la intención.

Que las estructuras disputen la elección y definan a quienes “representarán” a las ciudadanos.

¿Hasta cuándo las mafias decidirán el futuro de los mexicanos?

En este proceso tan breve, campañas tan cortas, falta mucho por vivir.

Es cuanto.

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Luis Enrique Sanchez Fernández es periodista; ha escrito para impresos en papel, radio, televisión y portales digitales. Es universitario, historiador y cronista.