Redacción PH

Una nueva investigación reveló que la cola en algunas especies de dinosaurios bípedos también les ayudaba a correr de manera más estable y eficiente.

A esta conclusión llegó Peter Bishop, autor principal de la nueva investigación y profesor de la Universidad de Harvard, quien con la ayuda de un método de simulación utilizado en los campos de la medicina y la industria aeroespacial, hizo una revisión más profunda en la biomecánica de los dinosaurios bípedos y en la función de sus colas.

Lo anterior porque la mayoría de estudios anteriores que analizaron el movimiento de los dinosaurios, solo consideraron a las grandes colas de estas especies como estructuras pasivas que solo servían para ayudar con el equilibrio.

Para llegar a esta conclusión, él y su equipo pusieron a prueba las simulaciones en una criatura viviente. Para ello eligieron el pájaro tinamú, un orden de aves terrestres que se encuentran prácticamente en toda América Latina y cuyas características son similares a las de los antiguos dinosaurios bípedos.

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Después de utilizar a los tinamúes para calibrar las simulaciones, los científicos las aplicaron a un modelo digital hecho a partir de tomografías computarizadas de los fósiles de un Coelophysis bauri. Esta especie de dinosaurio vivió durante el período triásico.

La simulación permitió a los investigadores “activar” y “desactivar” partes del cuerpo del dinosaurio para descubrir exactamente qué papel desempeñaba cada una de ellas mientras el dinosaurio corría de un punto A a un punto B en el menor tiempo posible.

Los científicos descubrieron que la cola de los C. bauri hacía mucho más que actuar como contrapeso. Al retirar o impedir que esta parte del cuerpo del dinosaurio se moviera, el animal de la simulación pasó a rotar su pelvis de manera diferente para compensar la cola faltante o inmóvil.

“Esto sugiere que la cola tenía un papel importante en el control del momento angular, es decir, el momento de un objeto en rotación. Si piensas en el centro del dinosaurio como el eje, la cola estaba trabajando para mantener a la criatura equilibrada mientras su peso corporal cambiaba de izquierda a derecha durante una carrera”, aclaró LS.

Según Bishop, es por esta misma razón que “los humanos balanceamos los brazos cuando caminamos o corremos”. Debido a que este dinosaurio, así como muchos otros dinosaurios bípedos, tenían brazos pequeños, los miembros no ayudaban mucho a controlar este equilibrio dinámico.

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También descubrieron que, si forzaban a la cola a moverse fuera de sincronía con las patas, el dinosaurio tenía que gastar “masivamente” más energía, lo que sugiere que la cola también desempeñaba un papel en hacer la locomoción energéticamente eficiente.

Aunque el estudio se centró en una única especie de dinosaurio, los científicos creen que debido a que el diseño corporal del C. bauri era muy similar al de numerosos dinosaurios bípedos, los resultados probablemente también se aplican a otras especies.

Se cree también que los resultados podrían ser válidos para los dinosaurios que caminan, aunque, en este caso, es probable que el movimiento de la cola sea menos vigoroso, dijo Bishop.
Los hallazgos se publicaron el 22 de septiembre en la revista Science Advances.