Año con año se conmemora el acontecimiento que ocurrió el 13 de septiembre de 1847, la heroica defensa en la que participaron “seis niños” a pesar de que la orden era que todos los menores salieran de ahí, sin embargo optaron por defender el Castillo de Chapultepec del ataque de soldados norteamericanos.

La historia oficial se escribe así: Durante el gobierno de Antonio López de Santa Anna, el gobierno estadounidense declaró la guerra a México para apoderarse del territorio de Alta California, Nuevo México y Chihuahua.

En una de las incursiones norteamericanas, soldados estadounidenses habrían intentado apoderarse del Castillo de Chapultepec, batalla en la cual lucharían cuerpo a cuerpo los cadetes Agustín Melgar, Juan de la Barrera, Vicente Suárez, Francisco Márquez, Fernando Montes de Oca y Juan Escutia, quien ofrendaría su vida y se lanzaría desde lo alto del castillo con la bandera envuelta en el cuerpo para evitar que el “enemigo” tomara el lábaro.

Sin embargo, el historiador Alejandro Rosas Robles difiere de la historia que se cuenta en los libros de texto de primaria.

En una entrevista que ofreció para Primitivo Olvera, el historiador comentó que la ahora popular conmemoración de los “Niños Héroes”, comenzó a tener ese énfasis en el siglo XIX con la finalidad de “infundir el honor y el orgullo por México, sobre todo encaminada hacia los cadetes del Colegio Militar”.

Y es que, la narrativa oficial solo hace énfasis en los seis menores y su lucha contra mil 200 soldados norteamericanos.

“Ahí está el desastre, porque ese 13 de septiembre no solamente fueron esos seis defensores, había más de 50 cadetes defendiendo su colegio que estaba en el Castillo de Chapultepec, además había más de 800 o 900 soldados mexicanos custodiando y resguardando la posición”.

Subrayó que ese 13 de septiembre de 1847 los muertos fueron alrededor de 600 o 700 mexicanos más los seis cadetes, y es ese punto donde se desmiente el mito de Juan Escutia envuelto en bandera.

“Es una invención, eso lo podemos decir con toda claridad, no hay manera de sostener esa versión, se sabe donde cayó muerto, en una de las laderas más escarpadas de Chapultepec (…) La Bandera mexicana cayó en manos de los norteamericanos el 13 de septiembre y lo que se debe hacer ahora es conmemorar a todos los defensores de Chapultepec y no sólo a esos jóvenes que desde luego si existieron pero nada tiene que ver con alguien envuelto en la Bandera y aventándose”.

Finalmente, Rosas Robles enfatizó que con el paso del tiempo la historia se ha ido desmitificando, pues anteriormente no había forma de confrontarla debido a que las únicas fuentes de información “válidas” eran los libros de textos, sin embargo, gracias a las nuevas técnicas para ahondar en la historia es posible indagar sobre los grandes mitos de la historia.

Cabe recordar que la primera conmemoración de los Niños Héroes ocurrió en 1871, cuando Benito Juárez era presidente de México.