Stan Lee, escritor, editor y el creador de Spider-Man, Iron Man, Hulk y una variedad de otros superhéroes de Marvel Comics que se convirtieron en figuras míticas de la cultura popular, murió a los 95 años.

Lee fue clave en la transformación de Marvel en un gigante del cómic en la década de 1960, cuando en colaboración con artistas como Jack Kirby y Steve Ditko creó superhéroes que cautivarían a generaciones de jóvenes lectores.

El aporte de Lee al mundo del cómic fue principalmente darle un nuevo matiz de complejidad y humanidad a los superhéroes. Sus personajes no eran de piedra, sentían amor y preocupaciones por el dinero e incluso albergaban sentimientos de inseguridad.

“Sentí que sería divertido aprender un poco sobre su vida privada, sus personalidades, y demostrar que son humanos y superhéroes”.

Ello pese a que desde 1938, los lectores ya estaban familiarizados con los superhéroes, con Superman creación de Detective Comics, la compañía que se convertiría en DC Comics, el archirrival de Marvel.

En la última década y con la adquisición de Disney de los derechos cinematográficos de varios superhéroes, universo que a la fecha ha recaudadao más de 20 mil millones de dólares en todo el mundo.

Pese a ello, como empleado de Marvel, recibió pagos limitados por la inesperada ganancia de sus personajes.

“No tengo 200 millones (de dólares). No tengo 150 millones. No tengo 100 millones ni nada parecido a eso”.

En 2008 Lee recibió la Medalla Nacional de las Artes, el más alto premio del Gobierno estadounidense para los artistas creativos.