Un análisis de la NASA y el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (Nsidc) en la Universidad de Colorado Boulder, advierte que la pérdida de hielo marino es equivalente al tamaño de Maryland y Nueva Jersey juntos cada año durante las últimas cuatro décadas.

Además el hielo marino del Ártico está en su punto más bajo y se han registrado aperturas en el hielo más antiguo del planeta, lo cual podría provocará a corto plazo un cambio en los patrones climáticos del planeta y la circulación en los océanos.

Nuevos cálculos muestran que el hielo marino del Ártico está en su punto más bajo, esto sólo podría ser señal de alarma y de acción inmediata.

De acuerdo con los especialistas, en promedio desde 1970 se reducen en promedio 54 mil kilómetros bido a la acelerada elevación de las temperaturas, desde finales de la década de cuadrados cada año, mientras que en este 2018 el hielo marino llegó a su punto más bajo el 19 y 23 de septiembre.

La agencia espacial estadounidense agregó que este 2018 también se registró la reapertura de un hoyo de polnya en el hielo al norte de Groenlandia, donde reside el hielo marino más antiguo y más grueso del Ártico. Asimismo, en febrero de este año, apareció una apertura similar en la misma área.

El primer daño de la apertura es que el agua recién expuesta absorbe la luz solar y calienta el océano, lo que afecta la rapidez con que el hielo marino crecerá en el siguiente otoño.

Lo anterior coincide con lo que el Centro Nacional de Datos sobre la Nieve y el Hielo de Estados Unidos, reportó que las 12 extensiones de menos hielo ocurrieron todas en los últimos 12 años, una tendencia que sugiere que el calentamiento global está implicado.

Los primeros afectados serán las poblaciones de focas y osos polares quienes dependen del hielo marino grueso, el cual siempre está cubierto de nieve para cazar.

No sólo afectará la fauna sino también las comunidades costeras del Ártico, las que quedarán más vulnerables a los oleajes e inundaciones que llegan con las tormentas invernales.