El Banco de México (Banxico) decidió aumentar este jueves la tasa de interés de referencia en 50 puntos base, con lo que el referencial se ubica en 7 por ciento, desde el 6.5 por ciento previo.

Esta es la octava vez consecutiva en la que Banxico eleva la tasa, y la cuarta al hilo en la que el incremento es de 50 puntos.

Este aumento estuvo en línea con el consenso de analistas, quienes aseveran que la autoridad monetaria debe hacerle frente a las presiones inflacionarias vistas recientemente.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) en abril la inflación general se ubicó en 7.68 por ciento en términos anuales, la mayor en 21 años.

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Además del factor inflacionario, analistas coindicen que Banxico debe acompañar a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) con alza de tasas en la misma magnitud y ritmo.

A inicios de mayo la Fed elevó en 50 puntos base su tasa de interés, situación que no se veía desde el año 2000, y con lo que el referencial se ubicó en el rango de 0.75 a 1 por ciento en Estados Unidos.

La recuperación de la pandemia ha provocado un aumento de los precios al consumidor en México y en toda América Latina, lo que ha dado lugar a unos de los ciclos de ajuste más agresivos de las últimas décadas por parte de los bancos centrales de Brasil, Chile y Perú, que operan con metas de inflación. A favor de México, Banxico mantuvo su tasa clave mucho más alta que sus pares regionales durante la pandemia, por lo que tiene una ventaja inicial en la reducción del estímulo y margen al ajustarse al ritmo de los aumentos de tasas de la Fed.

El banco central de México inició su ciclo de alzas en junio pasado y aceleró el ritmo de ajuste en diciembre. Desde que la nueva gobernadora, Victoria Rodríguez, tomó el timón en enero, la entidad ha realizado tres aumentos de medio punto.

La inflación anual alcanzó el 7.68 por ciento en abril y se ha mantenido por encima de la meta del 3 por ciento, más o menos un punto porcentual desde junio de 2020. La invasión de Rusia a Ucrania a fines de febrero provocó alzas en los precios de los alimentos, mientras que los subsidios del Gobierno han limitado los precios del gas y la gasolina que, de otro modo, habrían aumentado drásticamente, como ha ocurrido en otras economías.

Con información de Bloomberg