Redacción PH

Tras el escándalo nacional que representó la ubicación de los restos de un bebé de tres meses en un basurero del penal de San Miguel, el gobernador Miguel Barbosa Huerta hizo dos cambios en el sistema de seguridad de Puebla.

En primer lograr, el mandatario nombró a Daniel Cruz Luna como titular de la Secretaría de Seguridad Pública, dependencia que en los últimos nueve meses estuvo encabezada por Rogelio López Maya como encargado de despacho.

Antes de su nombramiento, Cruz Luna fungió como administrador de los Juzgados de Oralidad Penal con sede en Puebla y fue asesor técnico de la Segunda Sección del Estado Mayor General de la Secretaría de Marina Armada de México.

También fue docente en el Instituto de Estudios Jurídicos del Tribunal Superior de Justicia.

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Mientras, a la Subsecretaría de Centros Penitenciarios de la Secretaría de Seguridad Pública, llegó Jorge Pérez Melchor, quien fue titular de la Unidad Especializada en Delitos contra la vida y la integridad corporal, perteneciente a la Fiscalía de Investigación Metropolitana de la Fiscalía General del Estado.

Mientras eso ocurre, filtraciones periodísticas apuntan a que Jaime Mendoza Bon, director del penal de San Miguel y 10 trabajadores más de este cereso se encuentran en la Fiscalía General del Estado (FGE), rindiendo su declaración, posiblemente por el caso del bebé Tadeo, quien fue exhumado de un panteón de Tlanepantlá en la Ciudad de México, y tras relevarse el caso y confirmarse su identidad, el día de ayer fue sepultado por segunda vez.

Sin embargo, este no es el único por el que ha sido cuestionado por su manejo de la seguridad del estado, también en las últimas semanas se sumó la desaparición y feminicidio de Liliana Lozada de Jesús y durante este fin de semana la detención de una joven ‘neni’ de quien hasta este lunes autoridades informaron de su paradero y detención junto con seis personas más, supuestamente, todos vinculados a una banda de narcomenudistas.