Redacción

Con la firma del “Convenio Marco para el saneamiento del Río Atoyac, Puebla y Tlaxcala”, el gobernador Miguel Barbosa Huerta se convirtió en el sexto mandatario de Puebla en comprometerse a sanear el río Atoyac, promesa incumplida desde hace 24 años.

El primero de ellos fue Manuel Bartlett Díaz, hoy titular de la CFE, quien fue el primero en anunciar acciones para sanear la cuenca, con la puesta en marcha de una planta de tratamiento en San Martín Texmulucan, misma que no dio resultados.

Le siguió Melquiades Morales Flores, quien a la par de dar luz verde a la creación del corredor industrial Morelos, para “reducir el daño” se inició con la instalación de más plantas tratadoras.

Con Mario Marín Torres se habrían destinado 5 mil millones de pesos más para su rescate a través del proyecto “La Carta de la Tierra”.

Rafael Moreno Valle también erogó recursos, poco más de 40 millones de pesos para rehabilitar 11 plantas de tratamiento de agua,si que existieran grandes resultados.

Antonio Gali Fayad también se sumó al rescate adquiriendo tres embarcaciones que presuntamente limpiarian el lago de Valsequillo, acción que tampoco dio resultados, pese a que se gastaron casi 210 millones de pesos.

Siguió Martha Erika Alonso Hidalgo, gobernadora de Puebla que murió 10 días después de tomar protesta, sin embargo también hizo del saneamiento del Atoyac una de sus promesas de campaña.

Guillermo Pacheco Pulido en su papel de gobernador interino también se sumó a las acciones para recuperar el afluente con la clausura de empresas por contaminar el Atoyac, aunque actualmente es investigado por la ASE por los recursos que ejerció para el saneamiento del rio, tras descubrirse casos de facturaciones fantasma.

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Corrupción

Ante este panorama, Barbosa Huerta y Marco Mena Rodríguez, su homólogo de Tlaxcala, coincidieron que se trata de una larga historia de corrupción y despilfarro de recursos, no obstante, con la firma de este acuerdo, además de iniciar nuevos trabajos, se da cumplimiento a la recomendación número 10/2017 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), por la violación a los derechos a un medio ambiente sano, saneamiento del agua y acceso a la información.

En ese sentido, Barbosa Huerta recordó que las medidas que tomaban administraciones estatales pasadas tenían dificultades de impacto o resultado y fueron afectadas por la corrupción.

Al respecto, criticó que durante la era del panismo la entidad siempre estuvo en estudio y análisis; sin embargo, las soluciones que se dieron fueron afectadas por la corrupción.

Se autorizó a gestionar recursos federales y locales y hacer acciones que nunca sirvieron o simplemente no existieron.

Su mensaje fue respaldado por Mena quien recordó que el saneamiento del Atoyac se volvió un lugar común y parte del discurso político y en caso de que se realizaran se convertían en medidas que “eran parciales, no eran oportunas, o eran demasiado caras”.

Este nuevo convenio llega a tres años de emitida la recomendación, también fue celebrado por María Luisa Albores González, titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), quien resaltó que este día además de establecer una estrategia para la limpieza del afluente, ambas administraciones se comprometen a indagar sobre cómo y de dónde proviene la contaminación.

Incluso, la funcionaria confió en que las obras de saneamiento que inicien en Puebla se convierta en un modelo para el rescate de otros ríos en otros lugares del país.