Por Gabriela Xelano

La armadora alemana Volkswagen de México no dejará de utilizar los cañones antigranizo, ni indemnizará a los campesinos de Cuatlancingo, pues el año pasado perdieron 20 millones de dólares por el daño que el granizo causó a sus vehículos.

En rueda de prensa, Julio Marín Leal, gerente de Gestión Ambiental, Sustentabilidad y Sistemas de Gestión de la armadora, descartó que sus tres dispositivos sónicos antigranizo sean la causa de las pocas lluvias que han ocurrido en la zona, pues sus dispositivos sólo tienen un kilómetro de alcance y no evitan que llueva, sino que evitan la formación de granizo.

“Estos dispositivos fueron buscados por las lluvias atípicas de los últimos años, derivado del cambio climático. Fueron seleccionados como alternativa para detener los daños tanto en cosechas como en los autos terminados”, dijo.

Su versión contradice lo dicho por los campesinos de Cuautlancingo, Coronango y de La Resurrección, quienes aseguran que a partir de que la planta germana comenzó a usar los cañones la lluvia se inhibió, lo que afectó a sus cultivos por la falta de agua.

De acuerdo con el directivo los dispositivos sólo emiten ondas sónicas más no sustancias químicas, que se activan 30 minutos antes de la posible caída de granizo, mismos que son manejados por un grupo multifuncional de biólogos, un ingeniero ambiental y un meteorólogo que está en constante comunicación con Conagua.

“La materia no se elimina, solamente se transforma. Lo que hace es que el sonido toca el granizo y la estructura molecular se ve debilitada y entonces se genera agua, nos sigue cayendo lluvia. No están emitiendo ninguna sustancia química”.

De igual forma aseguró que son seguros para los seres vivos, minimizan el tamaño del granizo sin enviarlo a otra dirección y continúa lloviendo de acuerdo con la temporada.

Por todo lo anterior, Carlos Luna Ramírez, vicepresidente de Relaciones Corporativas y Estrategia, sostuvo que con ello queda demostrado que los dispositivos no detienen las lluvias, por lo que seguirán utilizándolos a pesar las quejas de los campesinos.

Al mismo tiempo, descartó que los afectados sean indemnizados pues sus cañones antigranizo no son los responsables de la escasez de lluvia.