El sistema de mensajería entre Miguel Barbosa y Alfonso Esparza ha cumplido su cometido. La prensa, los medios de comunicación, han sido el vehículo para enviarse señales y preocupaciones.

Las universidades fueron utilizadas por gobiernos anteriores, ha señalado el Gobernador, ni la universidad pública se salvó y no fijó posiciones críticas contra los gobiernos.

“…Las usaron, los gobiernos anteriores las usaron; creanme que estoy dolido con muchas…”, ha sido una de las expresiones que evidencian el descontento del mandatario.

Lo cierto es que la nula comunicación directa entre Miguel Barbosa y Alfonso Esparza evidencia una mala relación entre dos instituciones: Gobierno y Universidad.

Barbosa Huerta ha dialogado con la Ibero (la cual se salva de la crítica),  incluso ha propuesto volver a reunirse con la Universidad jesuita un “sabadito”.

El Gobernador ha referido que, como cualquier simple poblano, el Rector puede platicar con él en un Martes Ciudadano. 

El rector se llama Alfonso. No es el señor rector. Yo me llamó Miguel. No soy el señor gobernador. Si vienen diputados y presidente municipales al martes ciudadano, puede venir el rector”.

Para el caso de los Lobos BUAP, Mario Mendívil ya fijó su postura y versión con Miguel Barbosa. Ya fue recibido y escuchado. Esparza no.

Así de claro ha señalado Barbosa Huerta y esa expresión refiere con mayor claridad la jodida relación entre Gobierno y Universidad.

¿Hasta cuándo?

Ojalá pronto se resuelvan las diferencias.

Para beneficio de la sociedad poblana.

Las pugnas entre estos dos entes han causado crisis severas en el pasado.

Es cuanto.

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