Miguel Barbosa Huerta, gobernador electo de Puebla, a 13 días de que tome protesta confirmó que no habitará Casa Puebla, la cual albergará tres institutos y los fines de semana sus jardines podrán ser visitados por los poblanos.

Anunció desde su cuenta Twitter el morenista, quien desde campaña prometió que no habitaría el inmueble que durante el sexenio de Rafael Moreno Valle le invirtió 67 millones 467 mil 119 pesos para su remodelación.

Los institutos que albergará la residencia son los de Pueblos Originarios, el de Discapacidad y de la Juventud.

Barbosa Huerta también señaló que la Casa Puebla está desmantelada, situación que fue certificada este jueves por la tarde por un notario público.

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No obstante, el desmantelamiento podría tratarse de un resguardo, pues en enero pasado, Guillermo Pacheco Pulido, gobernador interino, confirmó que no viviría en el inmueble el cual sería cerrado hasta nuevo aviso.

Por ello, pudiera ser que no se trata de un desmantelamiento, sino de una situación de resguardo, tal como ocurrió con Los Pinos.

Sin embargo, en el caso de Los Pinos no todos los objetos fueron recuperados.

La historia

Inaugurada el 15 de enero de 1978, el inmueble ubicado en Calzada de los Fuertes y con el número 110, ha sido testigo del paso de por lo menos siete gobernadores, siendo Moreno Valle el que más gastó en remodelaciones.

La casa fue construida por Carlos I.Betancourt, quien gobernó Puebla de 1945 a 1951 y, como dato “curioso”, al finalizar su periodo de gobierno los diputados de la XXVI Legislatura decidieron celebrar el fin de su gestión regalándole la casa.

Tal situación generaría que la hoy llamada Casa Puebla, fuera conocida como “La casa de los Claveles”, en alusión a que se la “clavaron” del erario.

Sin embargo Betancourt nunca la habitó pues al terminar su periodo se fue a vivir a la Ciudad de México, lugar en el que años después murió.

Fue hasta la década de 1970, con la llegada del gobernador Alfredo Toxqui de Lara quien vislumbró la necesidad de una casa para recibir visitantes distinguidos con extrema seguridad.

Fue entonces cuando el gobernador Toxqui de Lara pidió adquirir el inmueble que en su diseño intentaba rememorar el estilo californiano de las décadas de 1930 y 1940.

Tras adquirir el inmueble, Toxqui de Lara ordenó la construcción del llamado Anexo, que consistía en sala, comedor y departamentos, además de oficinas, que incluían despacho, sala de juntas, baños, salón de peluquería y salones privados.

Fue Guillermo Jiménez Morales quien logró que el gobierno federal cediera al estado una buena parte de la zona histórica de Los Fuertes para agrandar la propiedad.

Fue entonces cuando a la casa se le hicieron otras adaptaciones que incluyeron salones de juego, alberca, un billar incluido y hasta una bodega de vinos.

Con la llegada de Mariano Piña Olaya también llegó una remodelación de la casa principal dejando atrás el estilo californiano, dando paso al reconocido estilo de Luis Barragán.

También comenzaron a llegar las pinturas de museos y piezas arqueológicas protegidas por el INAH, mientras que Manuel Bartlett Díaz, hoy titular de la CFE, solo consideró construir el helipuerto y otros pequeños arreglos.

Melquiades Morales Flores no hizo cambios mayores, mientras que Mario Marín Torres, el último gobernador priista, mandó construir una cancha de pasto para jugar futbol.

Con Moreno Valle llegó una cuestionable remodelación por su alto costo, y es que sus arreglos que incluyeron construir y remodelar la palapa, la alberca, la casa de visitas y una cancha de tenis y unos inmensos salones para todo tipo de reuniones, costaron más de 67 millones de pesos.

Antonio Gali Fayad realizó un único cambio que fue abrir el inmueble para visitas durante los fines de semana, mientras Marta Erika Alonso Hidalgo, sólo alcanzó a vivir ahí 10 días como gobernadora.