Este miércoles 10 de abril, la comunidad científica presentó la primera imagen de un agujero negro, el primer “monstruo cósmico” en haberse dejado captar.

La imagen captada fue lograda gracias a la colaboración internacional por parte del Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés) que está conformada por decenas de radiotelescopios situados en Europa, Chile, Hawái. Arizona, México y hasta el Polo Sur.

El hoyo fue ubicado en el centro de la galaxia M87, a unos 50 millones de años luz de la Tierra.

Para captar la imagen los radiotelescopios se sincronizaron para formar un Interferómetro de Línea de Base Muy Grande cuyo concepto básico es combinar la intensidad de la señal de observatorios en diferentes rincones del mundo para formar una matriz tan amplia como la propia Tierra.

Combinando estos observatorios, astrónomos obtuvieron una lente virtual del tamaño de la Tierra, con la que se “podría leer desde Nueva York un periódico abierto en París”, según Frédéric Gueth, astrónomo y director adjunto del Instituto de Radioastronomía Milimétrica (IRAM) en Europa.

¿Cómo se logró?

De acuerdo con Pablo Torne, miembro del IRAM, “para que todo saliera bien, toda la Tierra tenía que estar despejada”

Estadísticamente, las posibilidades eran ínfimas y sin embargo, las observaciones funcionaron, logrando en 2017 tres avistamientos, el 6, 10 y 11 de abril de 2017, siendo la primera el día 5 del mismo mes y año.

La “fotografía” no fue un resultado inmediato, sino el trabajo de más de seis meses entre cada observación, pues deben esperar a captar entre todas las señales electromagnéticas del Universo una señal común a todos los telescopios, precisó Helger Rottmann, del Instituto Max Planck de Radio Astronomía de Bonn

“Esperábamos desesperadamente los datos del Telescopio Polo Sur, que a causa de las condiciones extremas del invierno austral no pudieron recuperarse hasta 6 meses después de las observaciones”.

Los datos llegaron el 23 de diciembre: “Cuando horas después pudimos establecer que todo funcionaba, fue un gran regalo de Navidad”, agregó Rottmann.

Dicha investigación se realizó en más de un año de trabajo para convertir los datos en imagen.

“Para mayor seguridad, el trabajo fue realizado cuatro veces, por otros tantos equipos diferentes”.

El resultado es la primera imagen de un hoyo negro.

Con información de Tecreview