“Juntos por una ciudad incluyente”; “Vamos juntos por un cambio verdadero”. #YoSiTengoUnPlan, #YaEstuvo. Ejes Rectores: Seguridad, Derechos Humanos, Medio Ambiente.

Resumen de las promesas en un panfleto repartido en la campaña del 2018.

¡Pamplinas!

Embustes y patrañas. Promesas incumplidas. No supo, no comprendió, para qué la vistieron como candidata y para qué la eligieron los poblanos.

Disfrazada de presidenta municipal, a un año, nada cumplido.

Ligereza, trivialidad, fatuidad, correspondientes a un desfile de modas o a una alfombra roja.

Ahora que “liderea” un ayuntamiento, los zapatos le quedaron grandes. Un informe en el cual el principal invitado, Miguel Barbosa, revela su descontento tamborileando con los dedos la mesa, en tanto Clau recita conceptos que poco o nada tienen que ver con la realidad.

Los chiquillos y las chiquillas, los y las, aparecen para diferenciar el género de un mensaje sin sustento. Una moda sin contenido.

Lo notable, el nerviosismo: sabe que el Jefe no está a gusto, que se le va a ir a la yugular, que pocos le creen. No sabe leer, no leyó previamente las mentiras que diría o el nervio y la angustia la invadió. A gritos, vomita el miedo, el terror de lo incumplido.

¡¡Puff!!, por fin una explicación: los errores que comete son técnicos, no éticos; y la concurrencia y sus críticos descansan, se relajan.

Y aún en las maravillas que recitó, El Jefe, el líder de la comarca, el Señor Gobernador, no aplaudió su esfuerzo y su discurso que contenía un año de fatuidades.

Claudia Tanus de probada y larga trayectoria la exhibe; en poco tiempo subraya sus mentiras.

Cumpliendo con el protocolo, Barbosa confunde a Rivera. Ella cree que la elogia. Y la avalancha critica se deja venir: no hay denuncias contra los corruptos de las gestiones anteriores, se olvido de las tranzas que encontró, gobierna con panistas y priistas.

Ambiente tenso, sonrisas que parecen muecas de dolor. El regaño no tiene parangón. Un acto que tradicionalmente sirve para el lucimiento de la actriz principal, se convierte en una mayúscula llamada de atención.

Ella, la Rivera Vivanco, intenta mantener la calma, inhala hasta el fondo, exhala hasta que el aire se agota. Las, sus sonrisas son de nervios. Él, Barbosa Huerta, finaliza su arenga que intimida. Ella respira aliviada. Él descansa su alma.

El primer año de gestión lo cierra la alcaldesa con un beso en la mejilla del Gobernador.

El Gobernador la deja ahí y con un ¡vámonos! que dirige a sus acompañantes se cierra un capítulo de desencuentros.

Ella cree que ha hecho bien.

Todos, incluido el Gobernador creen que es incapaz, trivial.

Deficiente y sin experiencia, la califica la encuesta de Oro Noticias.

Lo mejor está por venir. Dicen.


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Luis Enrique Sanchez Fernández es periodista; ha escrito para impresos en papel, radio, televisión y portales digitales. Es universitario, historiador y cronista.