Mientras en Oaxaca se reportó la muerte de 300 tortugas golfinas que quedaron atoradas en una red de pescadores, en Veracruz una fiesta privada de mirreyes, en una reserva protegida dejó a decenas o cientos de tortugas lora muertas.

Ambos casos se dan en medio de una crisis ambiental, consecuencia del cambio climático, sin que hasta el momento la Procuraduría Federal del Protección al Ambiente (Profepa) detenga a los responsables.

Pescando

Las 300 tortugas golfinas muertas fueron encontradas enmalladas en el mar frente a la Barra de Colotepec, jurisdicción del Municipio de Santa María Colotepec, Distrito de Pochutla, Oaxaca.

Los ejemplares permanecían juntos pues continuaban enredados en la malla, tenían más de ocho días muertos y de acuerdo con especialistas, su deceso fue por ahogamiento.

Los quelonios estaban atorados en mallas de pesca prohibidas de 120 metros de longitud y monofilamento nylon de 6 pulgadas.

Las investigaciones ya han iniciado sin embargo no hay datos del presunto o presuntos responsables de haber colocado esa malla.

El oficio del mirrey

En tanto, el sábado 25 de agosto, la Isla Salmedina, en el Sistema Arrecifal Veracruzano, fue testigo de una fiesta de mirreyes, quienes llegaron al área natural protegida en yate, dejando a su paso envases de cerveza, vino, evidencias de la explosión de pirotecnia en el lugar y decenas o cientos (el número no ha podido ser cuantificado) de tortugas recién nacidas muertas.

Cabe mencionar está prohibido hacer turismo de alto impacto en dicha zona pues en esa costa desovan esa especie endémica en peligro de extinción.

La fiesta hubiera pasado desapercibida, si no fuera los propios asistentes grabaron sus actos y los publicaron en sus redes sociales.

En las imágenes, se observan a las personas beber y bailar, mientras las tortugas tratan de abrirse paso hacia el mar. Incluso, la carpa donde protegieron a sus bocinas fue colocada sobre un nido de tortugas. Y algunos asistentes reventaron los huevos, tomaron a las crías y las aventaron al mar, condenándolas a morir.

Aunque el código penal de Veracruz establece en su artículo 420 que quien capture o prive de la vida a un ejemplar de tortuga pagará con una de pena de uno a nueve años de prisión más una multa económica, también se ha evidenciado que dichas fiestas ocurren frecuentemente en la isla e incluso hay empresas que por 20 mil pesos “arman” una fiesta en ese lugar –yate y bebidas incluidas-.

En este caso, la Fundación Chalchi advirtió que solicitarán una investigación para castigar a los asistentes y prestadores de servicios quienes no sólo afectaro a las tortugas lora, sino también habrían puesto en peligro a la tortuga verde, prieta y golfina.

También exigirán el cierre de la isla hasta que no se garantice su regulación y vigilancia.

https://www.youtube.com/watch?v=pXkyS-d42mw