Redacción

El pez mano liso que residía en Tasmania fue declarado extinto, convirtiéndose en el primer pez marino extinto en la era moderna.

El pez mano liso era una especie muy rara que simulaba caminar en el agua sobre sus aletas pectorales y las pélvicas. Esta especie fue registrada desde hace 200 años era muy abundante en Austraulia. Fue el zoólogo francés Francois Perón quien recolectó un espécimen en las aguas de Tasmania.

Diversos especialistas e investigadores aseguraron que el océano era muy vasto, por lo que, la extinción de alguna especie les sonaba a un suceso extraordinario. No obstante, actividades como la pesca, la minería, el petróleo y la exportación ilegal de animales han roto el delicado equilibrio del ecosistema marítimo.

En el caso del pez mano liso, éste era muy susceptible ante cualquier cambio en su ecosistema, de manera que la invasión del mismo y las cambios que ello provocó terminaron con todos los ejemplares. Aunque el hecho es trágico en sí, hay algo que debería preocuparnos más: cuál era el papel de este animal en el equilibrio marítimo.

Sin embargo, el dato tampoco estará disponible pues no hay suficiente información para saber “cuál es su papel ecológico (y si la extinción) afectará a los ecosistemas de los que forman parte, o si (las causas subyacentes) conducirán a otras extinciones”, advirtió la investigadora Jemina Stuart.

Tras la extinción de este pez, científicos han asegurado que aún quedan otras 13 especies de pez mano. La mayor parte de ellas subyacen en el fondo del mar, sitio en el que se desplazan “caminando”. Asimismo, han asegurado que de no cuidarse el ligero equilibrio en el fondo marítimo, esas trece especies también van a extinguirse.