Redacción

Un nuevo estudio publicado en la revista científica Nature halló que la destrucción de la naturaleza por parte de los humanos da pie a que más enfermedades se propaguen entre nuestra especie.

La investigación fue realizada en siete mil comunidades animales en seis continentes y encontró que cuando un ecosistema es destruido para convertirse en asentamientos o tierras de cultivo, las grandes especies desaparecen. Esto, en consecuencia, permite que fauna más pequeña y adaptable prospere.

Entre estos animalitos están justamente los portadores de patógenos que pueden “brincar” a los humanos, es decir, tienen enfermedades zoonóticas.

El estudio explica que la población de estos pequeños animales es 2.5 veces mayor en lugares donde la naturaleza ha sido destruida y hasta el 70 por ciento de estas portan alguna de las afecciones zoonóticas, en comparación con los ecosistemas que no son tocados por los humanos.

Este tipo de enfermedades ha aumentado de manera constante en la humanidad. Algunos ejemplos son VIH, Zika, Sars y el virus de Nipah, además del coronavirus que actualmente azota a las naciones alrededor del mundo.

Desde que la pandemia comenzó, las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han alertado que los gobiernos deben atender el origen de estos contagios, o sea, la destrucción de la naturaleza, y no solo enfocarse en los temas de salud y economía.

A esta emergencia se le suma el calentamiento global que ha arrojado nuevos impactos negativos en el mundo y, naturalmente, la humanidad, el estudio advierte que la destrucción de ecosistemas aumenta el riesgo de más enfermedades. La investigación subraya que la vigilancia epidemiológica y la atención de salud deberían aumentarse en las zonas que recientemente han arrasado con el medio ambiente.

Uno de los científicos del estudio, David Redding, del Instituto de Zoología ZSL, en Londres, explicó que los costos de este tipo de problemas no se están tomando en cuenta: más enfermedades representan más gastos. Y es que se ha estimado que con solo el 2 por ciento de lo que se ha gastado por el COVID-19, se podrían prevenir futuras pandemias durante una década.

Los científicos también precisan que se ha disparado una percepción errónea: las enfermedades zoonóticas vienen de la naturaleza. Y sí, pero, la corrección que ellos dicen es que las enfermedades zoonóticas que realmente ponen en peligro a la humanidad son las que se desarrollan en lugares donde la naturaleza quedó desplazada por los humanos.