Por Claudia Morales

Queridos lectores, que gusto saludarlos nuevamente y como lo prometido es deuda, el día de hoy hablaremos del Dahrma.

La palabra dharma, también escrita como darma, es de origen sánscrito que significa “ley” o “realidad”. El dharma, es un término que se utiliza en diversas religiones, especialmente de origen védico, como: budismo, hinduismo, jainismo, y sijismo, adoptado posteriormente en el espiritismo.

Esta concepto es difícil de entender y explicar, pues hay que conocer a fondo su doctrina, pero en palabras de  Deepak Chopra en su libro La séptima ley espiritual del éxito es la Ley del Dharma, menciona que  es un vocablo sánscrito que significa “propósito en la vida”. Esta ley dice que nos hemos manifestado en forma física para cumplir un propósito. El campo de la potencialidad pura es la divinidad en su esencia, y la divinidad adopta la forma humana para cumplir un propósito.

De acuerdo con esta ley, cada uno de nosotros tiene un talento único y una manera única de expresarlo. Hay una cosa que cada individuo puede hacer mejor que cualquier otro en todo el mundo – y por cada talento único y por cada expresión única de dicho talento, también existen unas necesidades únicas. Cuando estas necesidades se unen con la expresión creativa de nuestro talento, se produce la chispa que crea la abundancia. El expresar nuestros talentos para satisfacer necesidades, crea riqueza y abundancia sin límites.

La Ley del Dharma tiene tres componentes. El primero dice que cada uno de nosotros está aquí para descubrir por su cuenta que el verdadero yo es espiritual y que somos en esencia seres espirituales que han adoptado una forma física para manifestarse.

El segundo componente de la Ley del Dharma es la expresión de nuestro talento único. La Ley del Dharma dice que todo ser humano tiene un talento único.

El tercer componente de la Ley del Dharma es el servicio a la humanidad, servir a los demás seres humanos. Cuando combinamos la capacidad de expresar nuestro talento único con el servicio a la humanidad, usamos plenamente la Ley del Dharma. Y cuando unimos esto al conocimiento de nuestra propia espiritualidad, el campo de la potencialidad pura, es imposible que no tengamos acceso a la abundancia ilimitada, porque ésa es la verdadera manera de lograr la abundancia.

Y no se trata de una abundancia transitoria; ésta es permanente en virtud de nuestro talento único, de nuestra manera de expresarlo y de nuestro servicio y dedicación a los demás seres humanos.

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