De libros y algo más

«La amistad es la forma más elegante y más generosa del amor. Nuestro abuelo poeta dijo: “la amistad es lluvia de flores preciosas”. En México, todo esto tiene pleno cumplimiento. Cada día estoy más convencido de que nuestro país no sobrevive gracias a nuestra clase gobernante, o a nuestras jerarquías, o a nuestras instituciones; sobrevive porque existen las cuatas y los cuates.»
Germán Dehesa, Gaceta del Ángel del 18 de diciembre de 2003

Germán Dehesa era genial; además era escritor, periodista, crítico literario, profesor y locutor. También era divertido, solidario e incisivo. Todas esas características se reflejaron en la “Gaceta del Ángel”, la columna que publicó en el periódico Reforma durante casi 17 años.

A través de sus textos, se convirtió en un cronista de la vida nacional; poseedor de una prosa desenfadada, al comentar el diario acontecer de la política nacional, llevaba a sus lectores de la indignación a la más sonora carcajada. Sus crónicas se mezclaban con algunos aspectos de su vida personal, y así fue como, a través del tiempo, los lectores nos convertimos en sus amigos. Conocimos a su familia, viajamos juntos, asistimos a sus homenajes y hasta lo acompañamos al estadio de Ciudad Universitaria para apoyar a los Pumas.

Durante muchos años, leer la Gaceta del Ángel fue indispensable para comenzar el día; no fueron pocas las pláticas familiares y de oficina que iniciaron con: – ¿leíste a Germán? -, y es que sus textos no solo marcaban la pauta de las conversaciones, sino que eran capaz de cimbrar a la clase política, con sus agudos y certeros comentarios.

Así como Germán no dudaba en compartir aspectos de su propia vida, también incluía las de sus amigos; de este modo nos enteramos de muchas anécdotas en las que figuraron escritores, artistas, cantantes, políticos, músicos y deportistas; pero solo teníamos una parte de la historia, la que Germán narraba en sus columnas, afortunadamente, y gracias a la iniciativa de Adriana Landeros y Bruno Newman fue posible escuchar a esos protagonistas. En “Diálogos con Germán Dehesa”, se reúnen los textos de sesenta y dos personalidades de la vida nacional, quienes a manera de respuesta a las Gacetas del Ángel en las que son mencionados, comparten su sentir hacia el escritor, así como diversas opiniones de los acontecimientos nacionales. El resultado es una obra extraordinaria.

Las palabras de Paco Calderón, sin duda reflejan al Germán que muchos conocimos:

“Yo vi a Germán cantando con Angélica María, vendiendo cuadros de Castro Leñero, poniendo en aprietos a Felipe González, piropeando a Margarita Gralia y peleándose con Sergio Sarmiento por lo mismo; comentando Olimpiadas con Rebeca de Alba, barriendo una calle con una ñora de rebozo de bolita, parloteando al unísono de sus nauyacas en su programa de radio, voceando periódicos con Enrique Krauze, y agradeciéndole un premio… al Rey de España, ni más ni menos. Pero sobre todo lo leí en su columna, donde platicaba de todo lo que le ocurría en la vida, fuera intrascendente o crucial, siempre con un dejo burlesco y divertido.”

Leer a Germán, produce esa sensación de bienestar que nos deja platicar con un viejo amigo; se hace presente la “cuatitud”, ese término que tanto le agradaba y que, aquellos que tenemos la ventura de contar con buenos cuates, podemos comprender. Para muestra, un fragmento de la “Historia de un jitomate”: *

“El caso es que estaba yo en la cháchara y sin qué ni para qué, comenté: me muero de ganas de comerme un jitomate. ¿Un jitomate?, preguntaron mis interlocutores. Sí, un jitomate rojo, pero rojo taurino, maduro y listo para ser cortado en rebanadas que bañaré con aceite de oliva, unas gotitas de vinagre balsámico, unas pocas rueditas de cebolla, sal, pimienta y una hogaza de pan calientito. Mis amigos, como la mamá del irregular vástago de Juan Charrasqueado, miraban al cielo y rezaban por su Juan. Una vez que comenté este asunto tan fuera de lugar, la conversación recuperó sus quicios y fluyó amistosa y alegre. Las palabras no caen en el vacío.

Al día siguiente por la tarde, mi amiga la Benemérita reapareció en mi hogar. La recibió la insumergible Fita y, minutos más tarde, ésta compareció ante su señor y dueño que tiene como trono un Reposet. ¿Quién tocaba, Fita? La señora Benemérita, pero ya se fue; me dijo que nomás pasó a dejarle una cosa. ¿Qué cosa, núbil vasalla? Unos jitomates; me dijo que usted ya sabía.  ¿Pueden ustedes ayudarme a calcular todo el cariño, la atención, la caridad y el misterio que pueden caber en un jitomate?”

Escribe Juan Ramón de la Fuente:

“La esperanza sigue viva, querido Germán, porque un pueblo sin esperanza no es pueblo ni es nada. Sigue viva porque en tu ausencia, he podido constatar tu huella en la memoria de muchas personas, más de las que pudieras haber imaginado. Está viva porque cada vez somos más los que creemos en “los valores de lo mexicano”, y porque sabemos que en “la crítica, el disentimiento, las diferencias y el respeto” podemos construir algo mejor que lo que tenemos ahora.”


“Diálogos con Germán Dehesa”, es un maravilloso encuentro literario, que no solo nos demuestra lo poco que ha cambiado el entorno político nacional desde la muerte del escritor, -hace ya diez años-, sino la necesidad de continuar con su labor crítica y veraz.

Después de leer nuevamente las Gacetas del Ángel, no queda más que citar al querido Germán y, con un guiño decir: “HOY TOCA”.

*Título de la Gaceta del Ángel del 19 de octubre de 2009

Adriana Hernández Morales

Título: Diálogos con Germán Dehesa
Compilación de Bruno Newman
Editorial: La Gunilla Editores
Año de publicación: 2011