La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.

Libro del desasosiego, Fernando Pessoa

Hace algunos años, antes de emprender un viaje, era costumbre adquirir una guía que mostraba los lugares imperdibles del destino elegido; se trataba de bellos ejemplares, en ediciones de bolsillo -por supuesto-, que contenían mapas, recomendaciones de restaurantes, museos, espectáculos, transportes; algunas, traían algún pequeño apartado con las frases idiomáticas más comunes, todo, con la finalidad de lograr una experiencia perfecta. Con los años, las guías fueron sustituidas por sus equivalentes en línea y por las recomendaciones de famosos viajeros.

Ahora, cuando los viajes se han convertido en un maravilloso recuerdo, o en una promesa de: cuando todo esto pase, la literatura, siempre se hace presente para rescatarnos de la nostalgia y regalarnos gratos momentos, así que, si desea conocer Londres, desde una óptica de privilegio y adentrarse en el mundo de la diplomacia británica, Diario de Londres, es el transporte ideal.

En este libro, Diego Gómez Pickering, reúne una serie de relatos acerca de su vida en Londres, en donde se desempeñó como embajador de México ante el Reino Unido, y el resultado es fascinante. Invita al lector a realizar un viaje por la capital británica y sus alrededores, a adentrarse en las costumbres inglesas y realiza maravillosos retratos de algunas figuras notables.

El recorrido por el mercado de antigüedades de Kempton Place, nos permite atisbar un lugar en donde se reúnen muchos siglos y culturas, ya que, en palabras del autor, -los turistas brillan por su ausencia-, porque su principal finalidad, es surtir de las más increíbles mercancías a los anticuarios citadinos.

«Muebles, escritorios y escribanías de los periodos eduardiano y georgiano, peines con mango de carey y espejos de mano, pelotas de cricket y palos de golf en madera y acero, mecedoras y caballos de juguete, bustos de Nelson y esculturas modernistas. Valijas y baúles de viaje, licoreras de cristal cortado, mapas de medio mundo y de todos los siglos, libros incunables y fotografías en blanco y negro. Juegos de té en porcelana y muñecas con ropones de encaje, vajillas con filos de oro, perfumeros, especieros y azucareras. La vasta oferta de objetos en los últimos martes del mes en Kempton refleja la enorme necesidad de aferrarse a ese pasado que en Inglaterra sigue siendo presente, al menos para algunos.»

Diario de Londres, es un libro fascinante, las crónicas de Diego Gómez Pickering, son extraordinarias; el autor, no solo es un excelente observador del carácter británico, sino que lo retrata fielmente. El capítulo dedicado al Brexit es magnífico, va más allá del conocido análisis político-económico; es la opinión del diplomático, basada en el sentir de una sociedad que se caracteriza por el respeto a las tradiciones.

«Al final ganaron. Ganaron esos caprichosos deseos de desmarcarse del resto, de regodearse en una idea de sí y de Inglaterra alejada de toda mesura y proporción; pero también perdieron. Perdieron sus fines de semana en París y sus inviernos en el Algarve. Perdieron los cúmulos obscenos de miles de millones de libras en pocas manos y perdieron los peniques que saltan de mano en mano y las muchas que se extienden para atraparlos. Perdieron la cordura y la esperanza. Perdió la Gran Bretaña y perdió Europa, perdió el Mediterráneo y el mar del Norte, perdió el Atlántico y el hemisferio occidental. Perdió el debate y ganó la sinrazón. Perdieron los ingleses de “pura cepa” y también los nietos y biznietos de inmigrantes musulmanes, los “extranjeros”. Perdieron los malos y también los buenos. Perdimos todos y Londres nos perdió.»

Pero más allá de los asuntos políticos, el autor nos hace viajar a esa ciudad que respeta al tiempo, que se enorgullece de sus costumbres, en la que puede cambiar el mundo, excepto la hora del té.

«La puntualidad, el protocolo, la hora del té, el sombrero de copa y los guantes, el frac y el chaqué, las pintas de cerveza, el pub de la esquina, las caballerizas convertidas en apartamentos minimalistas, las calles adoquinadas, el diseño medieval de las ciudades. El cricket, el golf, el futbol y el rugby, la familia real, el pastel de riñones, el fish & chips y el filete Wellington. La salsa de Worcester, los galones y las onzas, el volante del lado izquierdo, los jardines y los festivales florales, los paraguas y las gabardinas, el whiskey y el pañuelo en la solapa. La lana y el tweed, la chaqueta Príncipe de Gales y las condecoraciones. Las visitas de cortesía y las tarjetas manuscritas de agradecimiento.»

Diario de Londres, es un libro muy agradable, cuyas crónicas, de excelente manufactura, nos hacen viajar, y eso, en estos días, se agradece bastante.

«Londres, la de los muchos nombres. La tribal, la mesolítica, la de la Edad del Bronce, la de la Edad del Hierro, la romana, la latina, la anglosajona, la vikinga, la normanda, la medieval, la de los Tudor, la de los Estuardo, la del Imperio británico. Londres la capital del mundo, Londres la universal.»

Adriana Hernández Morales

Título: Diario de Londres

Autor: Diego Gómez Pickering

Editorial: Taurus

(También disponible en formato electrónico)