Por Ruby Soriano

Su naturaleza es la misma. Son camaleones innatos del oportunismo, la ambición, el chapulineo, la labia y las mentiras diseñadas para aparecer como buenos delincuentes políticos en un nuevo partido, con un nuevo color y con nuevas aspiraciones.

A esta clase política endémica le gusta y mucho el disfraz de “ciudadanos”. Su abundante amnesia les da para olvidar lo que robaron, lo que obstaculizaron y cómo se beneficiaron del dinero público que sus “mesías” lavaban a la mínima provocación.

Comprobamos que son tiempos de una gran decadencia en materia de política ciudadana cuando vemos a personajes como Marcelo García Almaguer hacer shows diseñados para convencernos de una oferta que está muy lejos de representar pluralidad, inclusión, equidad, pero sobre todo valor para reconocer errores y excesos de su pasado.

Este personaje es el mejor ejemplo de los excesos a la hora de llevar a una curul a un personaje que es un remanente de los años desastrosos que vivió Puebla con la horda morenovallista.

Aunque el disfraz se “lave” y se “planche” la naturaleza siempre será la misma.

Ávidos de mantener las prebendas, estos pillos empiezan a buscar alternativas que les abran camino para trabajar al más puro y bruto clientelismo político.

Ellos son por naturaleza, traidores, obscenos a la hora de hablar de negocios, y están marcados por el estigma que a todas luces tratan de borrar con sus fotos simuladoras, casi tocando el cielo.

Estos pillos de camaleónico estilo “ciudadano” son los que hacen la “chamba sucia”. Los que están dispuestos a servir de mensajeros, alfiles, plomeros y lo que se ofrezca. Eso y más fueron con su extinto jefe Rafael Moreno Valle.

Negocios inmobiliarios, REVOES, convenios de publicidad, moches, despotismo, mordaza, de todo aplicaron en su borrachera poderosa que los hacía creerse intocables.

Hoy están de vuelta para ponerse el disfraz de “ciudadanos” cuando ni siquiera se han podido despintar el traje a rayas.

La memoria debe ser un elemento fundamental para que en Puebla identifiquemos a los farsantes.

Cuántas carencias tenemos en materia política en un país donde al hablar de ciudadanizar partidos políticos citamos a personajes como Elba Esther Gordillo con sus Redes Progresistas y su regenteo a los maestros. Hablamos de México Libre con Felipe Calderón y Margarita Zavala cuando supimos de sus excesos sexenales.

Citamos a Pedro Haces y su CATEM, un hampón que pretendía ser como el Fidel de los nuevos tiempos de la 4T y para rematar el desfiguro de Fuerza Social por México con Gerardo Islas, experto en hacer “negocios” con damnificados de temblores e inundaciones. Así de este calibre son “los angelitos” que ya se frotaban las manos con las prerrogativas partidistas.

El camino de ciudadanizar propuestas políticas no está en ponerles un disfraz a los pillos que intentan navegar con nueva personalidad.

En los próximos meses veremos seguro el intento de la resurrección de varios delincuentes políticos exiliados, que reaparecerán en Puebla teñidos de rojo, naranja, verde, del color que encuentren y del que agarren para borrar los excesos y comenzar una nueva historia de clientelismo político.

Que su pasado los redima y les recuerde que no siempre: #ChePuede ser tan cínicos. 

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