Con 72 votos a favor y nueva en contra, Singapur aprobó un proyecto de ley que penaliza la publicación de noticias falsas y permite al gobierno bloquear y ordenar la retirada de esos contenidos.

De acuerdo con Daniel Goh, legislador del opositor Partido de los Trabajadores, el proyecto prohíbe las falsedades que perjudiquen a Singapur o puedan influir en elecciones y requiere que los proveedores de servicios retiren esos contenidos o permitan que el gobierno los bloquee.

Quienes incumplan la normativa podrían enfrentar penas de cárcel de hasta 10 años y cuantiosas sanciones económicas.

Las críticas no se hicieron esperar, pues mientras algunos alegan que la ley da demasiado poder a los ministros del gobierno para determinar qué es falso y definir el interés público, Lee Hsien Loong, primer ministro, defendió la ley argumentando que muchos países tienen ese tipo de normas y que Singapur ha debatido el asunto por dos años.

Al mismo tiempo rechazó las denuncias de que la ley viola la libertad de expresión en Singapur, un país que ya tiene estrictas normas sobre las protestas y el disenso.

“Han criticado muchas cosas sobre la manera en que Singapur maneja a la prensa, pero lo que hemos hecho ha funcionado para Singapur. Y nuestra meta es seguir haciendo cosas que funcionen para Singapur y creo que es un paso hacia adelante en este tema”.

Su visión no coincidió con la de su homólogo de Malasia, Mahathir Mohamad, que advirtió que ese tipo de leyes pueden ser un arma de doble filo, susceptibles a ser abusadas por los gobiernos.

Sin embargo de acuerdo con K. Shanmugam, ministro de Justicia, las órdenes para corregir o retirar contenidos falsos se dirigirían principalmente a las empresas de tecnología más que a individuos que pudiesen incumplir la ley sin intención.

Al respecto Human Rights Watch criticó duramente la normativa señalando que era un “desastre para la expresión en internet de los singapurenses” y un “contundente revés” contra la independencia de los sitios de noticias.