Una multitud de personas se lanzó a una cacería que se cobró la vida de casi 300 cocodrilos de una reserva en la provincia indonesia de Papúa Occidental, por la muerte de un hombre que ingresó a un criadero de cocodrilos, en busca de pasto para su ganado.

Los hechos sucedieron el pasado 14 de julio, después del funeral del hombre.

Armados con hachas, garrotes, cuchillos y palas en mano, más de 600 personas ingresaron al criadero privado de cocodrilos y comenzaron una cacería contra los ejemplares de dicha especie.

Ante los hechos, el propietario del criadero ofreció una indemnización a la familia del fallecido. Pero esto logró calmar, ni tranquilizar los temores e ira de los vecinos por vivir en las inmediaciones de un criadero oficial y protegido de cocodrilos.

De acuerdo con la prensa local, los vecinos habrían asesinado a 292 cocodrilos, los cuales en su mayoría eran crías de la especie que está en peligro de extinción en la zona y que era reproducido en este criadero oficial precisamente para mejorar los números de la especie.

También mataron al cocodrilo de mayor tamaño y prácticamente dejaron el criadero sin animales. Posteriormente la manada apiló los cocodrilos en una macabra demostración de victoria.

Cuando la policía acudió a la zona ya no pudo intervenir porqué la masacre estaba ya hecha.

Cabe mencionar que es probable que se presenten cargos contra los involucrados, pues en Indonesia la matanza de especies protegidas es considerada un crimen que se castiga con multas e incluso cárcel.