Epistolario 11
13 Noviembre 2020
241 días de aislamiento [parcial]
Fase 3. Semáforo amarillo

Querido hijito,

Esta tarde en que juegas afuera con el papino, yo me siento a preparar los adornitos que pondremos en casa para festejar tu cumpleaños en unos días. Escucho las risas y te veo corriendo por el jardín correteando las pelotas. Has dejado de ser un bebé y cada día me maravillo más al ver la personita en la que te estás convirtiendo, con tus intereses de nene, tus sentimientos. Es una ruleta rusa de ternura y asombro.

Se nos ha ido este año de tu vida de una manera en que jamás pensamos que pasaríamos parte de tu infancia: encerrados en casa a causa de una pandemia. Alguien alguna vez pensó que esto sería posible? Todavía me parece increíble.

Las circunstancias nos han arrebatado mucho, pero un pequeño consuelo es este otoño perfecto que atravesamos con sus ventarrones, los caminos llenos de hojas secas y los atardeceres rojos que encienden el contorno del volcán, mientras la casa se enfría cuando oscurece. Cuando crezcas verás que vivir junto al volcán hará que siempre, dondequiera que te encuentres, mires al oeste esperando ver a ese gigante magnífico.

Mientras nos preparamos para tu cumple, horneamos el pastel, hacemos las guirnaldas para la casa y organizamos una zoom-fiestecita con los tíos y tus primos para poder festejar aunque sea a distancia, cantarte las cancioncitas del cumpleaños que hemos practicado en casa con el librito que te compré para mostrarte lo que se hace en un cumpleaños, porque ¿dónde más ibas a aprenderlo?

Durante esta pandemia, cariño, buena parte de las cosas que hacemos los adultos están, en teoría, enfocadas en salvaguardar a los niños. En la práctica la infancia parece relegada a la casa, a arreglarse como pueda con la escuela televisada y las tutorías por zoom, atenidos a las decisiones que los papás toman por ellos referente a sus cuidados. Sin duda, ustedes nuestros hijitos, los de este país y el mundo, han mostrado una resiliencia admirable durante este periodo, adaptándose a la situación y aprendiendo de maneras nuevas, socializando con sus amiguitos por pantallas, tomando las múltiples decepciones y sacrificios que ha significado el confinamiento con fortaleza. Y es más admirable aún siendo que los grandes no siempre sabemos cómo se sienten ustedes los niños, si se sienten solos, o tristes, o como decía tu amiguita hace unos días: sienten que ya no recuerdan como solía sentirse la felicidad, porque últimamente no se puede hacer casi nada de lo que quieren. Por eso muchos niños más grandes que tú han comenzado a hacer cosas sin los papás para comprender y expresar sus sentimientos, como diarios en vídeo o redes sociales, bailando o platicando con sus hermanos, o haciendo arte y creando cosas nuevas. Y así es como los grandes nos hemos enterado un poco de lo extraordinarios que son los niños son en este momento, pues están logrando contar lo que están atravesando, los miedos que tienen, como ven de manera tan diferente ahora el mundo de fuera y a los adultos que les rodeamos, de una manera en que muchos adultos incluso no hemos logrado hacer.

Sólo los niños saben, ustedes saben, en el interior de las casas, lo que los grandes realmente hacen para pasar “todo esto”. Lo que ustedes aprendan de este periodo, sobre cómo se sobrepasan los problemas, cómo se actúa en solidaridad con los necesitados y para el bien de todos; eso será la mejor vacuna para este mal. Esta experiencia y lo que venga después en la recuperación será, sin duda, algo que va a definir a tu generación y cambiará el rumbo de este mundo.

Por ahora, en nuestra casita, para papá y para la mamma, esta pandemia también nos ha regalado algo muy especial: el tiempo de poder estar juntos en un momento clave de tu crecimiento. Ojalá y sepas, mi amor, que en este año nos has llenado de una felicidad que no sabíamos que existía. Eres el tesoro de tus papás, nuestros más grandes sueños hechos realidad.

Te felicito por tus añitos cumplidos.

Siempre
La Mamma

Twitter: @Clitemnistra


Periodista. Escribe sobre asuntos internacionales, crisis, conflicto y periodismo. Previamente corresponsal en Jerusalem.