Justin Trudeau, Primer Ministro de Canadá, fue acusado de usar su influencia y salvar del fraude al gigante de la ingeniería SNC-Lavla, compañía de un amigo de infancia, por la exministra de Justicia, Jody Wilson-Raybould, quien hasta febrero pasado se encargó de investigarla.

A ocho meses de las elecciones, la exministra testificó ante el comité de Justicia del Parlamento, que investiga la eventual intromisión de altos funcionarios de gobierno en el proceso liderado por la entonces también Fiscal General.

Wilson declaró que tras negarse a frenar la investigación se le solicitó la renuncia de su cargo e incluso afirmó que las presiones y “amenazas veladas” llegaron desde meses antes por los integrantes de la cúpula gubernamental, quienes le pidieron no enfrentarse con Trudeau por ese tema, no obstante al decidir continuar la investigación fue cesada de su cargo.

“Entre septiembre y diciembre de 2018, experimenté un esfuerzo constante y sostenido por parte de muchas personas dentro del gobierno para tratar de interferir políticamente en el ejercicio de la discreción fiscal, en un esfuerzo inapropiado para asegurar un acuerdo de procesamiento diferido con SNC-Lavalin”.

De acuerdo con Wilson-Raybould, la intervención de Trudeau fue con el fin de evitar la investigación por fraude de la compañía SNC-Lavalin, con lo que evitó que la empresa recibiera una multa tan grande que lo obligaría a cerrar y dejar sin trabajo a más de 8 mil 700 personas.

Sin embargo, al tratarse de un fraude al fisco, no podía pasarse por alto.

La sorpresiva declaración trajo consigo una cascada de solicitudes de renuncias contra toda la cúpula del Primer Ministro, no obstante Trudeu ya declaró que pese a las presiones no renunciará.

De acuerdo a una publicación de The Guardian, el primer ministro canadiense aseguró que él y su personal siempre actuaron adecuadamente, negó cualquier participación directa y afirmó que le había dejado claro a Wilson-Raybould que cualquier decisión sobre el caso “como la fiscal general era solo suya”.

Cabe recordar que Justin Trudeau es considerado a nivel internacional, una de las figuras progresistas más valoradas, no obstante este escándalo

En 2015, SNC-Lavlain fue acusada de corrupción por haber ofrecido 47 millones de dólares canadienses (36 millones de dólares) en presuntos sobornos a funcionarios en Libia entre 2001 y 2011, para asegurar contratos gubernamentales mientras Muamar Gadafi estaba en el poder. Además, se les acusa de defraudar al gobierno libio por 130 millones de dólares canadienses (98 millones de dólares estadounidenses).