Irene Bermejo

Álvaro Cuevas, escultor originario de Jalisco, transformó miles de armas, vinculadas con actos delictivos, en 21 esculturas, con el objetivo de transmitir un mensaje de paz y conciliación.

Anteriormente, Cuevas sufrió diversos episodios violentos, por lo que le llevó a plantearse la posibilidad de ‘limpiar’ o ‘compensar’ de alguna manera su doloroso pasado.

La familia de Cuevas pasó por diversos momentos en los que hubo muerte. Su hermano fue agredido con un arma, algunos primos, y tíos, fueron asesinados.

En 2017, representantes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) buscaron a Cuevas para ofrecerle transformar miles armas incautadas y entregadas por ciudadanos.

Las 12 toneladas de metal comenzaron a tomar diversas formas, animales, niños y huellas dactilares fueron el resultado de cerca de dos años de trabajo para unir cada pieza y darle un sentido.

Las esculturas están integradas en tres colecciones: una de ellas muestra animales salvajes como un venado, jaguar, rinoceronte, peces y un águila que asesinan por instinto.