Gabriela Xelano

Contrario a lo que en sus objetivos se planteó, reducir la movilidad en Puebla decretando un Hoy No Circula no mitigó la velocidad de propagación del nuevo coronavirus COVID-19, concluyó el Igavim en su análisis “¿Cumplió sus objetivos y alcances el “Hoy no circula” en el estado de Puebla?

Un día después de que el gobernador Miguel Barbosa Huerta decretara el fin de la medida que entró en vigor el pasado 11 de mayo y que fue puesta en marcha en los 21 municipios de mayor movilidad, el observatorio ciudadano precisa que más allá de la disminución en la movilidad de manera importante, “no tuvo vinculación entre los riesgos generados por la movilidad activa de automóviles particulares con los del transporte público y la propagación comunitaria de diferentes escenarios que representa el COVID-19″.

La medida —que envió 2 mil 510 vehículos al corralón— tampoco justificó sus objetivos y alcances establecidos en el Decreto, ni logró vincular el alcance de los automóviles remitidos al corralón con la mitigación, dispersión y transmisión del virus SARS-CoV2 entre los poblanos.

Y por el contrario, la medida que buscaba disminuir la movilidad terminó por incrementar la densidad en el transporte público, agregando un factor de riesgo en un sector de la población.

A la par que, en el mismo periodo estos 21 municipios reportaron 3 mil 958 casos positivos de COVID-19, cifra que representa el 71% de los contagios actualmente registrados.

Lo anterior no significa que la medida incrementara la posibilidad de contagio, pues se han identificado diferentes escenarios de propagación del virus como lo son las reuniones, centros de trabajo, clínicas y hospitales, áreas de esparcimiento, mercados, etc., aunado a las comorbilidades presentes en algunas personas, como la diabetes, obesidad, hipertensión, enfermedades renales, entre otras.

El decreto también falló en sus objetivos, pues tampoco se identificaron, jerarquizaron y vincularon los riesgos generados por la movilidad activa de automóviles particulares con los del transporte público y la propagación comunitaria; además que el seguimiento dado tampoco vinculó los factores de riesgo en los municipios seleccionados, con los casos de propagación del COVID-19.

Por lo anterior, el Igavim concluye que se trató de una estrategia deficiente que no cumplió con sus objetivos y alcances establecidos, ya que no tuvo una relación directa de seguimiento y análisis en la mitigación, dispersión y transmisión del virus entre la población del estado.

Sin embargo, no sólo es responsabilidad de la autoridad, sino también de algunos sectores de la población que desestimaron las medidas preventivas y las minimizaron argumentando que el virus no existe y en otros casos, lo redujeron a “una gripe”.

No obstante, el Observatorio reconoció algunos beneficios de la medida que duró cinco semanas, uno de las más importantes la reducción de contaminantes o emisiones a la atmosfera, la reducción de movilidad y la vinculación de dependencias estatales y municipales para la operatividad de una medida.