La palabra pregunta y se contesta,
tiene alas o se mete en los túneles,
se desprende de la boca que habla
y se desliza en la oreja hasta el tímpano
La palabra, Mario Benedetti

En el marco de los festejos por el día del idioma español, el Instituto Cervantes, con sede en España, organiza un concurso para elegir a la palabra más hermosa. Hace algunos años, con poco más de cinco mil votos de diferencia con las demás, la ganadora fue “Querétaro”. Sin duda, es una palabra hermosa, aunque probablemente, pocos de los votantes sabían que su significado es “isla de los caimanes azules”, y también es probable que, en el Instituto Cervantes, desconocieran la capacidad que tenemos los mexicanos para manifestarnos en todo aquello en lo que el orgullo nacional esté de por medio, ya sea una palabra o un partido de fútbol.

Regresando al tema de las palabras, en aquel concurso, la entonces ministra de cultura española, Ángeles González-Sinde, mencionó: “Las palabras tienen olores y sensaciones; son todo lo que tenemos, las casas, coches…, están porque tenemos palabras, si no, no tuviéramos lo demás”.

El lenguaje se modifica cada día, y con el uso frecuente de la tecnología, cada día incorporamos nuevos y variados términos a nuestro vocabulario; pero, al igual que ocurre con la palabra “Querétaro”, son muchas las ocasiones en los que algunos significados resultan desconocidos y hasta desconcertantes, pero, afortunadamente, Laura García Arroyo, con un estilo desenfadado y agradable, se ha dado a la tarea de explicarlos en su libro Funderelele y más hallazgos de la lengua.

Funderelele. Utensilio de cocina similar a una cuchara, que incluye un mecanismo con el que se da forma de bola al helado.

«No recuerdo la primera vez que la escuché ni quién la dijo. Ni siquiera si la oí o la leí, pero sí que me encandiló. Me sorprendió no conocer el nombre de algo tan común y me maravilló la forma tan simpática que había adoptado un instrumento que aportaba tanta felicidad.

La siguiente vez que fui a una heladería le pregunté al dependiente por la palabra. No la conocía. Su cara se transformó en una mezcla de asombro y pena por no haberse planteado nunca cómo nombrar a tan fiel herramienta compañera. Ese día me regaló una bola de helado, quizá porque le regalé una palabra…»

Y así es Laura García, una regaladora de palabras, porque después de leer su libro, cada vez que aceleremos al pasar la luz amarilla de un semáforo, recordaremos que acabamos de flavilabar, o bien, al saborear la espuma de la cerveza, sabremos que estamos probando giste, y si de ganar un bono laboral se trata, siempre podremos decir que chimpilineamos, porque, simplemente estamos entregándonos con ardor al trabajo.

Funderelele y más hallazgos de la lengua, no es un diccionario, ni un libro de texto; es una obra que contiene breves textos referentes a diversas palabras que la autora ha coleccionado a través del tiempo, y cuyo significado comparte de una manera ocurrente y dinámica.

«Las palabras transmiten mensajes. Pero también comunican emociones; y para reconocer si son apasionadas, indiferentes, dolorosas, temibles, felices… hay que detenerse a observarlas. Con todos los términos establecemos una relación que nace al conocer su significado y va creciendo según lo que nos hace sentir al escucharlas, al decirlas, al recordarlas. En definitiva, lo que vivimos en su compañía.»

Invito al lector, a recorrer las páginas de Funderelele y más hallazgos de la lengua, para aprender y deleitarse con sus relatos; y más aún, para hacer su propio concurso y elegir la palabra que le resulte más atractiva, ya sea por su sonoridad, por su significado o tal vez por los recuerdos que le traiga; al final siempre resultará ganador, porque, como dice Laura García, “…las palabras son mucho más que un momento, son toda una manera de describir el mundo, de sentirlo y de compartirlo”. Mi voto es por arrebol, y me quedo tarareando las palabras de Chabuca Granda:

Una veredita alegre con luz de luna o de sol,
tendida como una cinta con sus lados de arrebol.
Arrebol de los geranios y sonrisas con rubor,
arrebol de los claveles y las mejillas en flor.

Fina estampa

Adriana Hernández Morales

Título: Funderelele y más hallazgos de la lengua
Autora: Laura García Arroyo
Editorial: Destino
(También disponible en formato electrónico)

Funderelele y más hallazgos de la lengua

Mi correo: adrianahernandez1924@gmail.com


Adriana Hernández, es miembro del Club Nacional de Lectura Las Aureolas, club fundado por Alejandro Aura en 1995. Es además una mujer comprometida con las causas sociales, abogada de profesión y lectora por vocación.