En el marco de una desangelada toma de protesta, en la cual no estuvo presente ni Martha Erika Alonso Hidalgo, gobernadora electa, ni Miguel Barbosa Huerta, excandidato a Casa Puebla. Antonio Gali Fayad fue otro de los que desairó el inicio de la LX Legislatura.

Todo ello a pesar de que los grupos políticos, en días pasados acordaron un pacto de civilidad con el cual se pretendía proteger tanto a los actores políticos antagónicos, al tiempo que se evitaba que el acto solemne se convirtiera en una verbena de gritos y descalificaciones.

La primera en pronunciarse fue Claudia Rivera Vivanco, alcaldesa electa de la ciudad de Puebla, que en entrevista, previo a su ingreso al Congreso anunció su determinación de no acudir a la invitación para asistir al último grito de independencia de Gali Fayad.

Aseveró que la determinación la tomó en congruencia y con el respaldo de sus regidores, quienes tampoco asistirán al evento de esta noche.

Más tarde, desde la tribuna y con la envergadura de presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, José Juan Espinosa Torres, anunció que legisladores de Morena, PT y Encuentro Social no asistirán a la ceremonia de esta noche, en tanto no se termine el proceso de impugnación que hay de la elección de gobernador.

Al mismo tiempo lamentó la ausencia del gobernador, lo cual consideró como una muestra de cerrazón, ante la impugnación de la elección.

Otros de los grandes ausentes fue Luis Banck Serrato, alcalde de Puebla y Rafael Moreno Valle, exgobernador de Puebla.

En representación del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), sólo acudió su presidente, Héctor Sánchez Sánchez.

Otros de los invitados que sí acudieron fue Alfonso Esparza Ortíz, rector de la BUAP, y los senadores de Morena, Alejandro Armenta Mier y Nancy de la Sierra Arámburuo.