A cinco años de su muerte, José Emilio Pachecho Berny continúa manteniendo un legado inmortal no sólo por su obra como poeta, narrador, ensayista y traductor, sino por su personalidad y su fascinación que por la colonia Roma y la Ciudad de México.

El gran referente de la literatura mexicana no solo se desenvolvió en el mundo de las letras, sino también en el del periodismo y la academia desde donde también cosechó grandes éxitos.

Entre su poesía destacan: Los elementos de la noche (1963), No me preguntes cómo pasa el tiempo (1969), Los trabajos del mar (1984), Miro la tierra (1986) y Ciudad de la memoria (1989).

Y en su narrativa están: El viento distante (1963), El principio del placer (1972), La sombra de la Medusa y otros cuentos marginales (1990) y la novela Morirás lejos (1967) y Las batallas del desierto (1981).

En su aniversario luctuoso lo seguimos recordando con algunas de sus frases:

1. El que se va ya no vuelve aunque regrese

2. Ya somos todo aquello contra lo que luchamos a los veinte años

3. Al nacer ocupamos el sitio de alguien, y no damos las gracias a quien se ausenta para legarnos su inestable espacio

4. Escribe lo que quieras. Di lo que se te antoje: de todas maneras vas a ser condenado

5. La vida se me fue en abrir los ojos. Morí antes de darme cuenta

6. … la madurez no se alcanza por fecha de nacimiento ni consta en los archivos oficiales, nos graduamos de adultos nada más cuando alguien nos deja…

7. Todo lo nuestro está hecho para acabar en la basura.

8. Por no saber qué decir pagaré el haber callado. Jamás perdona el silencio a quien ha callado

9. La moda pasa de moda. La desnudez sigue intacta como al principio del mundo.

10. La vida sigue y no se acuerda de nada

11. ¿Dios es el bien porque regala la lluvia? ¿Dios es el mal por ser la piedra que mata? ¿Dios es el agua que cuando falta aniquila y cuando crece nos arrastra y nos ahoga?

12. De aquellos tiempos lo único que conservo es mi nombre

13. Todo poema es un ser vivo: envejece.

14. La vida no es de nadie, la recibimos en préstamo. Lo único de verdad nuestro será la ausencia.

15. No pienso en otro mundo, me indigna éste que se deshace así de los muertos.

16. Todo es nunca por siempre en nuestras vidas.

17. La vida toda es un combate incesante. Por eso nos convienen el tal vez, el acaso, el quizá, el sin embargo y el no obstante.

18. Mientras dure el amor ámame, entonces.

19. El que se va no vuelve aunque regrese.

20. Hay que terminar con los panteones y su intolerable perpetuación del olvido. Todos debemos ser ceniza arrojada al aire, volver cuanto antes al polvo que en su misericordia nos absuelva y acoja.

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21. Ningún imperio puede durar mil años.

22. Hay que cerrar los ojos de los muertos porque vieron la muerte y nuestros ojos no resisten esta visión.

23. No somos ciudadanos de este mundo sino pasajeros en tránsito por la tierra prodigiosa e intolerable.

24. La realidad es psicópata: jamás se compadece de sus víctimas. Hace trampa al jugar con la esperanza.

25. Por los payasos habla la verdad. Como escribió Freud, la broma no existe: todo se dice en serio. Vuelve cosa de risa lo intolerable. Nos libera de la carga de ser, la imposible carga de estar vivos.

26. Ya progresamos hacía el fin del mundo.

27. El que derrota al monstruo y ocupa su lugar se vuelve monstruo.
28. El tiempo hace lo que le dicta la eternidad: construye y destruye, se presenta sin avisar y se va cuando quiere…

29. Toda ciudad se funda en la violencia y en el crimen de hermano contra hermano.

30. ¿Qué es un periódico sino un recuento de muertos y objetos de consumo para gastar la vida y el dinero y ocultarnos tras ellos contra la omnipotencia de la muerte?

31. En el último día del mundo dirás su nombre.

32. Triste que todo pase…Pero también qué dicha este gran cambio perpetuo.

33. Tengo que rebelarme contra mi sumisión y someterme ante mi rebeldía.

34. Escribir es el cuento de nunca acabar…No hay obras acabadas, sólo abandonadas. Reescribir es negarse a capitular ante la avasalladora imperfección.

35. ¿Qué harás todos los días desde que no te veo?

36. La vejez nos distancia a cada minuto de la imagen inmóvil donde quien fuimos observa fiel al muerto que seremos.

37. El tiempo no es de nadie: somos suyos.

38. El fin del mundo ya ha durado mucho, y todo empeora, pero no se acaba.

39. Fracasé. Fue mi culpa. Lo reconozco. Pero en manera alguna pido perdón o indulgencia: eso me pasa por intentar lo imposible.