Con votación secreta, diputados del Congreso de Puebla aprobaron la expulsión de José Juan Espinosa Torres y Héctor Alonso Granados de las comisiones legislativas en las que participaban.

Ambos diputados la semana pasada perdieron la presidencia y la vicepresidencia de la Mesa Directiva del Congreso del estado, respectivamente, tras varios comentarios y actitudes misóginas.

En el caso de Alonso Granados no sólo fue destituido de sus posiciones, sino también separado de Morena, mientras el expresidente municipal de San Pedro Cholula fue removido como coordinador de bancada del Partido del Trabajo (PT).

En el lugar de Espinosa Torres, quien estaba al frente de la Comisión Inspectora quedó Olga Lucía Romero Garci Crespo, de Morena.

En tanto Alonso Granados quedó fuera de la Comisión de Seguridad Pública y fue sustituido por Carlos Alberto Morales Álvarez, de Movimiento Ciudadano (MC).

Es venganza

Previo a la defenestración Alonso Granados desde la tribuna acusó que su destitución es una “venganza política” por no haber apoyado a Miguel Barbosa Huerta, gobernador electo, durante el periodo de precampañas.

También le criticó que a una semana de confirmarse como el próximo gobernado, ya incurra en las mismas prácticas del exgobernador Rafael Moreno Valle.

“No hay reconciliación; es el costo político de apoyar a Armenta; el nuevo morenovallismo se transformó en barbosismo”.

Incluso se lanzó contra sus compañeros legisladores de Juntos Haremos Historia, pues dijo, terminaron por convertirse en todo lo que prometieron erradicar.