La caravana migrante de centroamericanos, llegó este martes a Juchitán, Oaxaca, una de las zonas más afectadas por los sismos de septiembre de 2017, donde los oaxaqueños los recibieron de la mejor manera posible, pese a que varios de ellos aún no han podido reconstruir sus hogares.

Acostumbrados a instalarse en los parques centrales, algunos migrantes llegaron a la plaza pública ubicada frente al Palacio Municipal para instalarse, pero ésta ya se encontraba ocupada por comerciantes damnificados. Sin embargo, se les recibió en un albergue provisto por el gobierno local, con todas las atenciones.

Pese a que aún no se ha recuperado, en un terreno que iba a ser central de autobuses, afuera de Juchitán, se pusieron lámparas, carpas y lonas para más de 4 mil personas.

También se acondicionó una cocina, se instaló un módulo privado para revisiones médicas y otro para entretenimiento de los niños. Se instalaron depósitos de agua con capacidad de 10 mil litros, surtidos por pipas, para bañarse y lavar ropa.

Gloria Sánchez, presidenta municipal de Juchitán precisó que lo anterior, tuvo un costo aproximado de 100 mil pesos.

“Con los recursos propios del municipio hemos estado pues aportando lo que nos alcanza; a la reconstrucción de Juchitán todavía le falta mucho”.

Al albergue también llegaron grupos religiosos y de la sociedad civil a repartir comida.

Asimismo, por la seguridad de los migrantes y de los habitantes juchitecos, se declaró ley seca martes y miércoles.