De libros y más

La casa tan querida
donde habitaba ella,
sobre un montón de escombros arruinada
o derruida, enseña
el negro y carcomido
maltrabado esqueleto de madera.

La casa tan querida, Antonio Machado.

La fisonomía de la Ciudad de México se transforma continuamente; resulta frecuente que, al transitar por sus calles nos encontremos con nuevas construcciones que parecen surgir de la nada, sustituyendo con grandes avenidas, enormes edificios o simplemente con predios vacíos, aquellos inmuebles que dan cuenta de nuestra historia y, dejando casi en el olvido que, a principios del Siglo XIX, Alejandro Von Humboldt, la denominara «la Ciudad de los Palacios».

La palabra patrimonio, nos remite a los padres, a la herencia que nos entregaron, y que resulta tan necesaria conservar, no solo para transmitirla a las futuras generaciones, sino también, para disfrute de los que actualmente estamos por estos rumbos de la vida. Sin embargo, esa preservación resulta una tarea titánica, no solo por su elevado costo, sino también, porque existen numerosos obstáculos que se presentan en el camino.

Ante la apabullante modernidad y la tremenda destrucción que suele acompañarla, resulta maravilloso que, en el corazón de la colonia Guerrero -una de las más populares y densamente pobladas de la ciudad-, subsista una bellísima mansión porfiriana, cuidadosamente restaurada y dedicada a la difusión de actividades artísticas y culturales. Se trata de Casa Rivas Mercado.

El inmueble, de gran valor arquitectónico e histórico, fue diseñado en 1893 por el arquitecto Antonio Rivas Mercado. En su construcción, destaca la armoniosa integración de diversos elementos decorativos de estilos francés, inglés, morisco y prehispánico, que dan como resultado una obra magnífica. La edificación, por sí misma, es motivo más que suficiente para que su preservación no solo sea necesaria, sino que, además, esté plenamente justificada; pero, la historia que contienen sus muros, es el reflejo de una de las etapas más brillantes de la vida cultural de la nación y eso la convierte en un edificio único.

En el estudio situado en la planta alta, fue diseñada -entre otras obras-, la Columna de la Independencia, y en sus salones departieron grandes personajes como Adamo Boari, Xavier Villaurrutia y Salvador Novo; pero sin duda, la gran protagonista de la casa es Antonieta Rivas Mercado.

La Casa Rivas Mercado no es un testigo mudo de nuestra historia, al contrario, es una sobreviviente que da cuenta precisa de la vida de esta ciudad. Sus paredes han resistido con dignidad los estragos de la lucha armada, de las transformaciones y hasta de los terremotos. Diseñada como casa familiar, se convirtió en un centro de reunión cultural y social. A la muerte del arquitecto, fue heredada por su hija Alicia, quién decidió venderla y durante muchos años fue la sede del Instituto Washington, pero, fue precisamente el terremoto de 1985, el que la afectó a tal grado que su restauración resultaba sumamente onerosa, por lo que un progresivo deterioro la tenía destinada a una pronta demolición

Pero aquí es en donde aparece la magia y la Casa Rivas Mercado demuestra que tiene buena estrella. Una mañana de 2006, Kathryn S. Blair, nuera de Antonieta Rivas Mercado y autora de A la sombra del ángel, acudió al lugar correcto y con la persona idónea para solicitar apoyo, a fin de recuperar el esplendor de la casa. La persona que la recibió y que hizo suyo el proyecto de rescate, fue Ana Lilia Cepeda; quién entonces se desempeñaba como directora del Fideicomiso del Centro Histórico. La labor de recuperación del inmueble fue tan ardua, que se prolongó por una década, así que Ana Lilia, decidió dar testimonio de sus experiencias en el libro La Casa Rivas Mercado. Una historia detrás de la historia. En esta obra, la autora hace un excelente relato del enorme esfuerzo que significó la restauración de la casa, narrando con ligereza y buen ánimo, todos los avatares que, seguramente habrían desmotivado a otra persona, pero, que, por fortuna, a ella la impulsaron para continuar con esa complicada tarea.

La Casa Rivas Mercado. Una historia detrás de la historia, es un libro encantador. Desde el prólogo escrito por Beatriz Rivas, pasando por la historia de la familia Rivas Mercado, hasta llegar al intrincado proceso de restauración de la casa; y, aunque la vida de Antonieta, resulta cercana para muchas personas, la autora sorprende con datos francamente conmovedores y fotografías poco conocidas, que hacen que la obra sea aún más interesante. Sin duda, se trata de un libro muy recomendable.

Por último, solo me queda decirle que el complemento perfecto para esta lectura, es -por supuesto- visitar Casa Rivas Mercado, que, con sus excelentes recorridos guiados harán que pase un día muy grato.

El cupo de las visitas es reducido, por lo que es necesario hacer reservación en visitas@casarivasmercado.com, o al teléfono: 55 25 91 66 66. Se solicita un donativo de recuperación, que es usado para el mantenimiento y conservación de la casa. Durante noviembre tienen una promoción de 2×1.

Adriana Hernández Morales

Título: La Casa Rivas Mercado.Una historia detrás de la historia.

Autora: Ana Lilia Cepeda

Editorial: Atrament

(También disponible en formato electrónico).

Mi correo: adrianahernandez1924@gmail.com


Adriana Hernández, es miembro del Club Nacional de Lectura Las Aureolas, club fundado por Alejandro Aura en 1995. Es además una mujer comprometida con las causas sociales, abogada de profesión y lectora por vocación.