Ciudad que lloras, mía, maternal, dolorosa,
bella como camelia y triste como lágrima,
mírame con tus ojos de tezontle y granito,
caminar por tus calles como sombra o neblina.
Efraín Huerta, Declaración de amor

El poeta Juan Gelman escribió que «Leer es viajar por uno mismo», y, sin duda, los libros nos hacen llegar a muchos lugares, pero son pocos los que logran que también viajemos a través del tiempo; La ciudad oculta, de Héctor de Mauleón, es uno de esos magníficos ejemplos.

A la manera de un moderno Dante, De Mauléon, escribe una serie de relatos que nos hacen descender a los infiernos, pasar por el purgatorio y subir al paraíso de la muy noble y leal Ciudad de México. Habrá que señalar que, con esta obra queda demostrado que leer también es un ejercicio de libertad, porque incluso los tiempos pueden conjugarse al gusto del lector; ya que podemos pasar de una caminata en el siglo XVIII, y tomar un tranvía durante el Porfiriato, hasta presenciar el momento en que el corazón del virrey Baltazar de Zúñiga, fue resguardado en el convento de Corpus Christi.

Extraordinario será el recuerdo que nos deje una mañana de 1930, cuando caminemos por San Juan de Letrán, mientras un fotógrafo nos toma una instantánea, que perdurará por generaciones en la familia, hasta que algún día, aparezca entre un montón de objetos en el mercado de La Lagunilla y acabe en una de las colecciones de Monsiváis.

Al pasar las páginas, llegaremos a la terrible inundación de 1629, que dejó a la ciudad sumergida durante cinco años, solo para desmentir a fray Gonzalo de Córdoba, que dijo “esta ciudad no volverá a poblarse jamás”; porque siglo y medio después, en su mansión de la calle de Cordobanes, don Joaquín Dongo será asesinado provocando el horror de toda la sociedad.

Vestidos con nuestras mejores galas, viajaremos a 1946 para asistir a la inauguración del lujoso Hotel del Prado, y al subir por su lujosa escalinata, entraremos al salón comedor Versalles para contemplar el mural de Diego Rivera “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, cuya exhibición dio lugar a uno de los mayores escándalos y enfrentamientos sociales que se recuerden.

Caminaremos hacia el exconvento de la Merced, para ver como Nahui Olin y el Doctor Atl se aman y se odian, con la fuerza de los volcanes que tantas veces él dibujó; y desde ahí, nos será posible presenciar la ocasión en que Hernán Cortés envió a un grupo de hombres a la cima del Popocatépetl para averiguar sus secretos.

El autor, nos guía por la señorial calle de Madero, para contarnos que hubo un hombre que desvío la marcha victoriosa de su ejército, para pasar frente a la mansión de su amada; y, si nos detenemos en el Jockey Club que está en la misma vía, pero unos años adelante, con un poco de suerte, podremos ser testigos del paso presuroso de la Duquesa Job. Andando un poco más llegaremos a la calle más antigua de América, para admirar la edificación del Palacio de Comunicaciones, en donde después de mucho trotar, se detuvo la estatua de Carlos IV; a la que ahora, – con la confianza que dan los años -, simplemente le decimos «el Caballito».

Viajaremos a 1895, para calzarnos los patines, y al ritmo de la «Polka Rococó», nos deslizaremos por la pista que se encontraba a un lado de la Alameda; para constatar que, a más de un siglo, las largas filas que se forman en las pistas decembrinas, dan cuenta de que el patinaje sigue deleitando a los habitantes de la ciudad, y que las piruetas y caídas, siguen siendo idénticas.

La Ciudad de México, tiene esa belleza que se encuentra en el caos; es enorme y altiva, pero al mismo tiempo noble y generosa. Algunos la conocen bien y saben de su magia y secretos; uno de ellos es Héctor de Mauleón, que, con sus relatos, nos transmite la fascinación que esta gran urbe ejerce sobre propios y extraños. Los dos tomos de La ciudad oculta, pertenecen a esa clase de libros que atrapan al lector y lo obligan a revisar constantemente que no haya dejado pendiente alguna historia, provocando el deseo de esperar un nuevo volumen.

Adriana Hernández Morales

Título: La ciudad oculta 1 y 2
Autor: Héctor de Mauleón
Editorial: Planeta
Año de Publicación: 2018
(También disponible en formato electrónico y audiolibro)

Mi correo: adrianahernandez1924@gmail.com


Adriana Hernández, es miembro del Club Nacional de Lectura Las Aureolas, club fundado por Alejandro Aura en 1995. Es además una mujer comprometida con las causas sociales, abogada de profesión y lectora por vocación.