Gerardo Pérez Muñoz

Zacapoaxtla la conservadora

En diciembre de 1855 y bajo la dirección del cura de Zacapoaxtla, Francisco Ortega y García, se dio un levantamiento conservador tras la promulgación de las leyes liberales. A esta revuelta se unió Antonio de Haro y Tamariz y un mes después tomó la ciudad de Puebla estableciendo en ella un gobierno militar que fue reconocido por el obispo de la curia poblana, Antonio Pelagio Labastida y Dávalos.  El sacerdote poblano Francisco Xavier Miranda fue el principal impulsor del imperio mexicano en las cortes europeas y pugnaría por la intervención imperial. La Iglesia poblana era propietaria aproximadamente de la mitad de los bienes raíces de la ciudad por lo que poseía un gran poderío económico y tenía un gran influjo social debido a que tenía bajo su control las instituciones asistencialistas como los hospitales y las instituciones educativas, lo cual la acercaba a diversos sectores sociales. El obispo Pelagio y Dávalos se entrevistó en 1862 en Trieste, Italia con Maximiliano para invitarlo a venir a gobernar México. Posteriormente viajó a Italia para entrevistarse con el papa Pío IX, quien lo nombró arzobispo de México. Maximiliano de Habsburgo llegaría a nuestro país en mayo de 1864. 

 

El mito del Batallón de Zacapoaxtla

En ese entonces el distrito de Zacapoaxtla abarcaba poblaciones hoy son municipios, tales como Xochiapulco, Tetela, Zacapoaxtla, Cuetzalan, Xochitlán, Nauzontla , entre otros municipios. Se le llamó Batallón que Zacapoaxtlas por pertenecer a dicho distrito. El contingente más numeroso del Batallón fue el de Xochiapulco, lidereado por Juan Francisco Lucas. Se menciona que este batallón fue el primero en entrar en combate contra los franceses. De acuerdo al etnohistoriador Venancio Aguilar Patlán, el sexto Batallón de Guardia Nacional del Estado de Puebla…estaba integrado en dos terceras partes por habitantes del distrito de Tetela de Ocampo (específicamente del municipio del mismo nombre) y una tercera parte por habitantes del Distrito de Zacapoaxtla (la mitad del municipio de Xochiapulco y la otra mitad de los municipios de Zacapoaxtla y Cuetzalan). La gran mayoría de los 400 milicianos que integraron el mencionado batallón eran de origen indígena.

Aguilar Patlán también menciona en su texto El mito de los Zacapoaxtlas que el municipio de Zacapoaxtla no merece toda la gloria o crédito sobre la batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862, ya que en ese momento sus autoridades eran abiertamente conservadoras y partidarias de la intervención Francesa, y además  durante el periodo de 1862 a 1867, dieron su total apoyo tanto a franceses como a austriacos.

El Juan negado. En la batalla del 5 de mayo participó el Sargento Segundo Juan Galindo de origen nahua, ex combatiente en contra de la intervención yanqui a nuestro país y héroe de la batalla de Tecacalango en 1866 en la que derrotó una columna de 100 Zuavos con sólo 9 compañeros.  Es el cuarto Juan al que no se le ha reconocido y reivindicado públicamente como se lo merece.

Francisco Agustín Dieguillo, el masewal que participó en la batalla del 5 de mayo.  Otro participante indígena importante en dicha batalla, lo fue sin dudad el Cuetzalteco, Pala Agustín Dieguillo. Tiempo después de la batalla de Puebla. se encargó de organizar una compañía de 100 indígenas de Cuetzalan para luchar bajo las órdenes de Juan N. Méndez en la resistencia patriótica Serrana.

5 de Mayo de 1862. Parte de Guerra de Zaragoza. Las armas del Supremo Gobierno se han cubierto de gloria: el enemigo ha hecho esfuerzos supremos por apoderarse del Cerro de Guadalupe, que atacó por el oriente de izquierda y derecha durante tres horas: fue rechazado tres veces en completa dispersión y en estos momentos está formado en batalla, fuerte de más de 4,000 hombres, frente al cerro de Guadalupe, fuera de tiro. No lo bato, como desearía, porque el Gobierno sabe (que) no tengo para ello fuerza bastante. Calculo la pérdida del enemigo, que llegó hasta los fosos de Guadalupe en su ataque, en 600 o 700 entre muertos y heridos; 400 habremos tenido nosotros. Sírvase vd. dar cuenta de este parte al C. Presidente.