Ahora todo funciona bien en Puebla, es la nueva cara de la política.

Las tres instituciones políticas más significativas en Puebla, gobierno del Estado, municipio capital, y BUAP, están en calma. Todo es tranquilidad y con expectativas de una convivencia sana y ejemplar en los siguientes 3 años.

Claudia Rivera se va. Alfonso Esparza ya se fue y en atención a un sesudo y ejemplar ranking de gobernadores en México, la empresa C&E Research, ha detectado que Miguel Barbosa se encuentra en el primer lugar, de los 32 gobernadores del País, en el enfrentamiento al COVID-19 y en honestidad. Más aún, ocupa el segundo lugar en su estrategia contra la inseguridad que padecen los poblanos.

Aún más. Ha llegado Lilia Cedillo a la BUAP y ha sido recibida cálidamente en la sede del gobierno y llegará el día 15 Eduardo Rivera al Charly Hall, pero antes ha sido arropado en varias ocasiones por el ocupante de Casa Aguayo.

Puebla, un paraíso para disfrutar.

Dos cosas pueden entorpecer esta felicidad.

Una. La pelea que a partir de ahora se da, por ocupar y conducir al PAN poblano y acabar de una vez con el Morenovallismo que aún se mueve y triunfe el panismo tradicional, marginado los últimos 10 años por el ausente ex gobernador.

Augusta Díaz de Rivera, acompañada de Ana Teresa Aranda y equipo del destacado Eduardo Rivera pretenderán enterrar al Morenovallismo representado por Genoveva Huerta y Jorge Aguilar Chedraui.

Dos. Que no retornen al terruño aquellos dos que no han traído ningún peso a Puebla desde sus respectivos puestos políticos: Ignacio Mier y Alejandro Armenta. Quienes en su ánimo de querer ser gobernadores y entorpecer la carrera de Eduardo Rivera, pueden, en su intentona, ensuciar la tranquilidad con la que el Señor Gobernador pretende irse de Puebla y terminar su carrera política.

Que ironía.

Es cuánto.

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Luis Enrique Sanchez Fernández es periodista; ha escrito para impresos en papel, radio, televisión y portales digitales. Es universitario, historiador y cronista.