Desde hace 25 años, la procesión del Viernes Santo que recorre el Centro Histórico de Puebla encanta a propios y extraños quienes pueden admirar el evento desde el aspecto religioso o el artístico, que les permite observar a seis de las imágenes más importantes de las iglesias poblanas.

De acuerdo con Eduardo Merlo, uno de los más importantes arqueólogos poblanos, la procesión de Puebla es una de la más concurrente y nutrida del país que espera, en esta ocasión, reunir a más de 150 mil personas y tiene su origen en una antigua tradición que se instauró desde la época virreinal y que se llevó a efecto hasta mediados del Siglo XIX.

No es necesario ser religioso para disfrutar de una de las procesiones más ordenadas que permitió a las icónicas imagenes, desde 1922 volver a recorrer las calles de la ciudad.

Las imponentes esculturas son llevadas en andas por sus grupos de porteadores, quienes se hacen acompañar de grupos de tamborileros y matraqueros que marcan el paso de la procesión, las bandas de música que acompañan al cortejo, los niños vestidos de angelitos y las congregaciones de católicos.

 

El señor de la Expiración

Aunque en la procesión participan seis, sólo 5 recorren las calles, “El señor de la Expiración” es el único que sólo llega a catedral donde se le coloca en un atrio que representa al Cristo muerto, de ahí su nombre.

Esta imagen, de acuerdo con Merlo data, posiblemente, de finales del siglo XVII e incluye dientes y costillas de verdad, las cuales se utilizaron en esa época para darle más realismo a la imagen.

Virgen de los dolores

Otra de ellas es la Virgen de los Dolores, una escultura del siglo XVIII y se cree, por las características del rostro, pertenece al escultor poblano José Villegas Cora.

La imagen perteneciente al Templo Conventual de Nuestra Señor del Carmen, representa los siete dolores que padeció la madre de Jesús: la profecía de Simeón, la huida a Egipto, el niño perdido, las calles de la amargura, la crucifixión, el descendimiento de la cruz y la sepultura.

Virgen de la Soledad

La Virgen de la Soledad perteneciente a la Parroquia del Sagrario Metropolitano es de factura sevillana de finales del siglo XVII.

La devoción comenzó gracias a la promoción del mulato Manuel de los Dolores. La gente respondió de inmediato y en año de 1631, el templo finalmente fue consagrado a esta imagen.

 

Jesús de las tres caídas

El Jesús de las tres caídas del siglo XVII, es otra de las emblemáticas imágenes que recorrerán las calles; de la parroquia del Santo Ángel Custodio de Analco.

Desde el principio su participación en la procesión buscó representar la importancia de los barrios indígenas en Puebla.

La leyenda cuenta que fue hecha por un escultor, un hombre difícil que no quería hacer el trabajo, finalmente aceptó con la condición de que no le molestaran. Solo permitió que lo acompañase en el proceso un amigo ciego, quien al terminar le pidió que le dejara tocarla para que pudiera saber cómo quedó.

Al tocar su rostro recobró la vista y la noticia corrió por toda la ciudad.

Otra de las leyendas asegura que la imagen tallada en madera y de más de 100 kilos de peso fue traída a Puebla por el obispo Juan de Palafox y Mendoza, y por sus rasgos indígenas la gente se identificó rápidamente con él.

Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret de la Parroquia de San José es una de las más icónicas dentro de la religiosidad poblana. De finales del siglo XVI, su escultor Lorenzo Rodríguez fue aprehendido por la inquisición, logrando que su imagen fuera al Templo de San Pedro, donde empezó su veneración.

Las autoridades decidieron trasladarlo a la parroquia de San José, donde dio lugar a la Cofradía de Nazarenos, que es la más antigua de la ciudad. La devoción dio lugar a la construcción de una suntuosa capilla y a un culto que perdura hasta nuestros días.

Señor de las Maravillas

La imagen del Señor de las Maravillas se encuentra dentro del templo adjunto al Exconvento de Santa Mónica. La leyenda de esta imagen es una de las más conocidas en la religiosidad poblana, las religiosas agustinas de Santa Mónica la ganaron en una rifa.

Con el tiempo, una novicia descubrió que durante la noche, la imagen era azotada por dos soldados romanos que formaban parte del “paso”. El suceso causó conmoción y dio lugar a la gran veneración. Su nombre proviene de las maravillas que su devoción ha logrado.

Otras de las leyendas más conocidas es la de una mujer muy devota al santo, conoció a un hombre en la misma cárcel donde se encontraba su esposo. Cuando su marido fue liberado, la señora seguía llevando comida al prisionero. El marido comenzó a sospechar y un día interceptó a su esposa para saber que llevaba en su canasto. Ella dijo que cargaba cosas para el Señor de las Maravillas y cuando abrieron la canasta la comida se convirtió en flores. La pareja quedó conmovida y juntos llevaron la ofrenda al santo.


Las imágenes y grupos procesionantes se reúnen alrededor de las 11:30 horas en el atrio de la Basílica Catedral, desde donde, después de una breve reflexión, inician su recorrido por las principales calles del Centro Histórico y hacer un alto y una segunda reflexión en las afueras del Templo de Nuestra Señora de Guadalupe y después de continuar la procesión, culminarla a las 15:00 horas nuevamente en el atrio de la Catedral de Puebla con la impartición de la Bendición Papal que permite ganar la Indulgencia Plenaria a los participantes en ella.

La Procesión de Viernes Santo se llevará a cabo este viernes 30 de marzo, comenzando en el atrio de la Catedral de Puebla a las 12:00 horas.