Seis ganadores del premio Pulitzer, en Estados Unidos, decidieron abandonar el periodismo, tras descubrir cómo los medios impresos se encontraban desestabilizados y debilitados tras la llegada del internet y los medios digitales.

El caso más reciente es el de Ryan Kelly, quien esta semana obtuvo un premio Pulitzer por la foto que tomó de un automóvil atropellando a manifestantes durante una marcha nacionalista en Charlottesville, Virginia: fue una imagen que tomó en su último día de trabajo en un periódico.

Kelly, quien ahora trabaja en una cervecera, quien se dijo cansado del periodismo y que estaba buscando una mejor calidad de vida.

“Malas horas, mal pago, mucho estrés, poca seguridad laboral… como que todo esto junto me motivó a irme”, dijo Kelly, quien ahora trabaja como coordinador de redes sociales y de servicios digitales de la cervecera Ardent Craft Ales.

Al igual que Kelly, otros ganadores de Pulitzer dicen que las condiciones deterioradas de la rama periodística los empujaron a otros trabajos.

De acuerdo con los experiodistas, los titanes digitales Facebook y Google han capturado la mayoría de los anuncios de publicidad que otrora apoyaron el periodismo local.

Ejemplo de ello son todos los sitios de anuncios clasificados y los medios noticiosos gratuitos los cuales proliferan en línea, situación que se ha reflejado en la reducción de la circulación de los periódicos los cuales han tenido que recortar y reducir sus prestaciones.

Mismo caso de Rob Kuznia, reportero del Daily Breeze, de Torrance, California, quien en 2015 ganó el Pulitzer por una investigación sobre la corrupción generalizada en un distrito escolar, mismo que poco tiempo después dejó.

Su compañera Rebecca Kimitch, quien recibió el mismo galardón por la investigación también lo cambió por un puesto de relaciones públicas. “Ya no podía. Ya no tenía el espíritu combativo”, dijo Kimitch, quien fue periodista durante 15 años.

Y es que, las reducciones también significaron tener menos apoyo interno, dado que el número de editores y editores de estilo -quienes revisan el estilo, gramática, claridad e imparcialidad de los despachos – también bajó, situación que les ocasionó a varios altos niveles de estrés.

De acuerdo con un análisis del federal Buró de Estadísticas Laborales, el número de personas empleadas en la rama periodística de periódicos impresos cayó casi un 60 por ciento entre junio de 1990 y marzo del 2016.

Al mismo tiempo, la cantidad de personas contratadas en medios de internet y noticiarios televisivos subió de unos 30 mil a casi 198 mil.

Laurie Garrett, exreportera de Newsday que ganó el Pulitzer por su reportaje sobre un brote de ébola en el país que entonces se llamaba Zaire y que ha ganado otros altos galardones periodísticos, tuvo las mismas preocupaciones que Kimitch sobre la reducción de personal en las salas de redacción.

A dicha inconformidad se le agrego que la rama periodística perdió el poder de denuncia y presión, pues en la actualidad esa responsabilidad ha pasado organizaciones de participación cívica, mientras que los medios han dejado escapado artículos importantes, dijo.

“Uno escucha las quejas todo el tiempo: ¿Dónde están los medios y por qué no estuvieron allí?”, recalcó.

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