Un investigador mexicano desarrolló junto a otros científicos en Europa, un bisturí inteligente que facilitaría la detección de tumores cerebrales a los neurocirujanos.

Se trata de David Oliva, ingeniero en Electrónica y Comunicaciones, egresado del Tec de Monterrey, quien explicó que el dispositivo cuenta con sensores y algoritmos de procesamiento digital de señales avanzados.

De acuerdo con Oliva, la idea nace de la necesidad de poder apoyar a los neurocirujanos a remover tumores en el cerebro como una herramienta de mayor precisión.

Recordó que los tumores cerebrales tienen un alto grado de dificultad, pues no se debe tener tocar una parte sana porque todo el cerebro está interconectado.

El bisturí detecta, a través de vibraciones microscópicas, cuando un tejido cerebral es sano o fue afectado por un tumor; además, orienta al neurocirujano a través de alertas qué puede ver y escuchar.

Y es que el tejido sano tiene una forma de vibración muy diferente a una célula cancerígena o de un tumor, por lo que hacen vibrar 400 milisegundos al cerebro en 4 mil diferentes frecuencias, lo que les permite obtener un modelo matemático de las propiedades de lo que se está tocando.

Afirmó que el dispositivo incluso puede ayudar a detectar tumores en fase temprana, cuando la diferencia entre el tejido sano y el afectado es casi imperceptible para el sentido de la vista y tacto de los cirujanos.

Las operaciones de neurocirugía dependen en gran parte del sentido del tacto del cirujano y la punta esférica del bisturí les va a estar diciendo si es o no tumor, o si nos estamos acercando hacia un borde.“Si logramos el 100 por ciento (de precisión), logramos que el paciente viva el tiempo que tendría que vivir”.

El ingeniero no descartó que en el futuro el dispositivo podría ayudar a remover con la misma precisión tumores en otras partes del cuerpo.

“La tecnología de los materiales permiten hacerlo miniatura y pensar que se puede llevar a endoscopios inteligentes para operaciones de tumores en el estómago, o en el intestino”.

El bisturí fue desarrollado por un equipo de 10 científicos con apoyo de la Universidad de Hannover, en Alemania y la Universidad Libre de Bruselas, en Bélgica, en las que el mexicano hizo sus doctorados y en las que también es investigador.

Actualmente, comentó, el dispositivo está en proceso de patente y se espera el aval de autoridades médicas europeas para poder hacer pruebas en humanos. Hasta el momento se ha experimentado con tejidos artificiales y cerebros de cerdos, obteniendo buenos resultados.