Qué incómodo debe ser para el legislativo local lidiar con la diputada Rocío García Olmedo. Qué molesto debe ser para las diputadas de Morena y anexas escuchar los argumentos de la priista cuando se habla de género y se les cuestiona su escaso conocimiento sobre un tema que se aborda desde la óptica de esas izquierdas abyectas y obsoletas.

Debe ser incómodo para el Gobierno del Estado el arrancón por la libre de la presidenta municipal Claudia Rivera y de su Secretaria Municipal de Igualdad Sustantiva Catalina Pérez Osorio quienes sin dudarlo respaldaron la protesta de mujeres para el 9 de marzo.

Y es que hasta hoy, la misoginia, digamos que es el sello de la casa en Puebla.

Universidades como Buap, Udlap, Ibero y Upaep se sumaron al día sin mujeres junto con el efecto dominó que ya se empieza a sentir en sectores como el comercial, industrial y de servicios.

Hasta ahora el Gobernador Miguel Barbosa sigue en su eterno mutis sobre el tema.

¿Será que el mandatario “les dé permiso” a la decena de mujeres que forman parte de su gabinete? ¿Será que le dé chance a Doña Charito de tomarse el día?

En el Congreso del Estado las desafortunadas declaraciones de las diputadas del bloque morenista y anexas reflejan su verdadera función al servir sólo de porristas del diputado Gabriel Biestro a quien se le nota que no se le da, pero ni tantito,  entender ni visibilizar todos aquellos temas que implican legislar a favor de las mujeres poblanas.

Y en el caso del resto de presidentes municipales, diputados federales y senadores están más que alineados para no ver, no escuchar y no hablar de un tema que saben les genera serios descalabros con una ciudadanía que los votó y que hoy los ve tal cual: Todos ellos responden no al mandato de la gente, sino a la línea que se dicte desde Palacio Nacional. Es decir, todo como en los viejos tiempos.

#UnDíaSinMujeres debe desetiquetarse y dejarles en claro a partidos políticos que esto responde a un clamor social para visibilizar la terrible realidad que hoy estamos viviendo en el país frente a la muerte de cientos de mujeres.

Derechas, izquierdas y mafias del poder están acostumbrados a capitalizar o descalificar actos de protesta a conveniencia.

Sin embargo, hoy están rebasados ante un problema de emergencia nacional que no han sabido manejar y mucho menos responder con políticas adecuadas que frenen el crecimiento exponencial de la violencia de género en México.

La efervescencia y enojo que hoy se palpa en la sociedad no debe arrastrarnos a los totalitarismos donde se tenga que politizar. Es cierto que varios se frotan las manos para sacar “raja” de un movimiento y convocatoria que ha tenido una respuesta inusitada.

El paro del próximo 9 de marzo donde se plantea #UnDíaSinMujeres es la respuesta propuesta por el colectivo Brujas del Mar quien no imaginó el alcance que tendría lo que hoy ya es un movimiento de protesta frente a la inmovilidad que los gobiernos de diferentes niveles han mostrado frente a la urgencia de aplicar una estrategia que atienda en diferentes ejes, la violencia que hoy se vive desde los núcleos familiares, escolares, productivos, gubernamentales y de seguridad.

La indolente suposición de politizar cualquier manifestación de protesta nos lleva a mirar a todos aquellos políticos y gobernantes que durante las pasadas campañas usaron al Feminicidio como discurso electoral de izquierdas derechas, centros para vender esa labia que hoy se muestra excluyente y carente de sensibilidad social para entender que las muertes de cientos de mujeres tiene al país y a Puebla en una abierta y frontal polarización.

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