La presidencia municipal de Puebla será la expresión de la disputa más seria que enfrenta Morena en Puebla. Las corrientes se mueven y empiezan a dar señales de qué lado masca la iguana.

Una de las corrientes en disputa se ha retirado. Tenía su expresión en Puebla con Alejandro Armenta Mier. La detención de Mario Marín Torres y de Valentín Meneses obligó a Armenta Mier a retirarse, aún cuando había anunciado hace cuatro semanas que iría por la alcaldía de Puebla.

No quiso exponerse. Perdía más.

Con fuerza local quedan dos fuerzas: Claudia Rivera Vivanco y Miguel Barbosa Huerta. Entre ellos será la real disputa. La conclusión es impredecible; no dan muestra de negociación.

Si de confrontación.

Claudia va; ya se registró. Barbosa a enviado a Gabriel Biestro Medinilla y Rosa Márquez Cabrera. La mediación entre las dos corrientes anteriores puede ser representada por María del Socorro Quezada Tiempo.

Quezada Tiempo puede ser el punto de encuentro y acuerdo entre Barbosa Huerta y Rivera Vivanco.

La trayectoria de Quezada Tiempo en la izquierda es a toda prueba y auténtica. Ideología, capacidad, consecuencia política e ideológica, se ha ganado el respeto de propios y extraños.

Abraham Quiróz, José Luis Sánchez Solá, Alejandro Carvajal Hidalgo, Saúl Huerta Corona, con todas sus buenas intenciones, no representan fuerzas que logren conjuntar las inquietudes políticas de Morena y sus militantes, pero sumados a una de las corrientes o propuestas mayoritarias pueden ganar e influir en proyectos y programas.

La elección en Puebla, concretamente la presidencia municipal de Puebla, coloca a Morena en la oportunidad no esperada de marchar unidos.

¿Lo lograrán?

Creo que sí.

A esperar.

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Luis Enrique Sanchez Fernández es periodista; ha escrito para impresos en papel, radio, televisión y portales digitales. Es universitario, historiador y cronista.