Si le dijeran que usted tiene los días o los meses contados, ¿qué actitud asumiría? La primera, tal vez, la del desencanto arrollado por pensamientos de lo que debí haber hecho y no hice, en sus seres queridos, en sus bienes y, quizás, en pedir al universo una nueva oportunidad.

Pasado el “estupor” del momento, quizás empiece muy pronto a pensar cómo preparar su espíritu y su actitud frente al Juez Supremo que habrá de pedirle cuentas de sus obras y su comportamiento y en esos momentos, más que nunca, más vale tener saldo a favor.

Como quiera que sea, el boleto lo tenemos sacado desde el mismo día en que nacemos y hay que vivir cada día como si fuese el último.
Cuando el inexorable paso del tiempo marca el no menos imperioso designio de que esta vida toca a su fin para dar paso a la siguiente, se produce en la gente una cantidad de reacciones que varían según la personalidad de cada quien, de acuerdo en sus convicciones sobre la fe, su apego por las cosas terrenales que lo hacen aferrarse con uñas y dientes a la vida y van hasta el resignarse sin luchar  o entregarse mansamente a su destino final.

Según los observadores de estos temas tan especiales, hay quienes (sabiendo que les queda un tiempo más o menos breve y exacto de vida) toman decisiones que nunca antes hubieran osado. Y lo hacen porque sienten la necesidad de transformar situaciones, regularizar otras, mudar de condiciones hasta de estado civil, como que hay quienes deciden casarse para poder legar a un ser determinado su acervo patrimonial, o (en caso no revelados a su entorno sobre el final que se avecina) hacen exactamente lo contrario; llegan a divorciarse, con lo que logran darle otro destino a muchas cosas materiales. Esta quienes optan por recluirse en soledad espiritual y tenemos el extremo opuesto: los que, resueltamente, comienzan a disfrutar cada minuto, cada día, cada semana, como nunca lo había hecho hasta entonces.

Por eso mismo debemos apuntar que no todo es cuestión de aceptar los designios de “la vida” o la instancia que marca el cambio de planos de la existencia. Son numerosos los casos que demuestran, que la actitud del ser humano puede revertir una determinada situación terminal y transformarla en un individuo que sane su enfermedad ayudado por la práctica de la fe, del optimismo, de la voluntad y el deseo de seguir viviendo esta vida, asimismo en el caso de un accidente, ya que éstos en muchas ocasiones podemos tener el control y que por falta de pericia, de interés o atención pueden terminar en muerte.

Reflexión por lo que hemos estado viviendo, nadie tiene la vida comprada, muchas veces pensamos o nos creemos invencibles, convencidos que a nosotros nunca nos sucederá algo malo, que no tendremos alguna enfermedad o que estamos libres de tener accidentes, pero no es así, en cualquier momento nos puede ocurrir, por lo que debemos de aprovechar al máximo nuestra estadía en este planeta, en este espacio. Valoremos cada respiro, cada latido del corazón son una maravilla, cada vez que vemos la luna, el sol, las estrellas, el mar, vemos un mundo lleno de maravillas. Especialmente hoy estoy mas receptiva a estas sensaciones y reflexiono en todo esto, no esperemos a vivir una tragedia para disfrutar cada momento. Hoy por hoy, valoro mi vida, tengo ganas de hacer muchas cosas, viajar, leer, correr, bailar, cantar, trabajar, escribir, amar, comer chocolate, … amo la VIDA, amo a Dios no sabía cuánto, hasta hoy.

Por lo anterior, exhorto a todos ustedes a que hagan un alto en su ajetreado mundo, y reflexionen un poco en ello, valoren lo que realmente vale la pena, sean de buen corazón, realicen actos que engrandezcan, no mientan, no roben, no engañen, no estafen, hay que ser empáticos, más vale una conciencia limpia y tranquila, pues nadie sabe si mañana o pasado mañana viviremos, ni siquiera podemos tomar decisiones adelantadas y decir que el próximo año haremos determinada actividad pues ni siquiera tenemos la certeza de que estaremos, así que vivamos intensamente el día a día.

Aprovecho este espacio para enviarles un saludo, un beso y todo mi cariño a aquellas personas que me leen y a todos los que forman parte de mi vida, gracias por permitirme formar parte de la suya.

Espero sus comentarios a mi correo electrónico claudiamor_26@yahoo.com.mxy y en Twitter @claudiamor20