Dedicado a todos aquellos que ya no están,
y a los que siguen en pie de lucha,
en esta terrible guerra, que inició en el año XX,
del siglo XXI.

Noche de Paz, noche de amor
todo duerme en derredor,
entre los astros que expanden su luz,
brilla, anunciando al Niñito Jesús,
brilla, la estrella de Paz

Ocurrió hace un siglo; para ser exactos, unos años más, -pero no muchos-, fue en la Nochebuena de 1914, ¿el escenario?, la Primera Guerra Mundial.

La situación era terrible, unos meses antes, Alemania había invadido Bélgica con el objetivo de llegar hasta París, y había sido detenida por británicos y franceses, pero el precio había sido altísimo, las bajas para ambos bandos eran muchas, y el invierno trajo consigo lluvias, nevadas y enfermedades. En el frente de batalla, las tropas estaban exhaustas, llevaban meses combatiendo en una lucha frente a frente, era la víspera de Navidad, cuando un extraño silencio recorrió las filas de los grupos combatientes. Cuentan, que entre las tropas germanas se escucharon algunos villancicos. Del otro lado, – los separaban unos cuantos metros- los británicos guardaron silencio, hasta que algunas voces cantaron Noche de Paz; al reconocer la canción, los alemanes también la entonaron, y la hermosa melodía los unió.

Parece el inicio de un cuento de Navidad, pero la historia es real; numerosos testimonios han narrado como las tropas combatientes dejaron las armas de lado y la fraternidad se impuso en la llamada Pausa de Navidad. Por unas horas, la humanidad había vencido.

La noche del veinticuatro de diciembre, los soldados ingleses notaron que los alemanes ponían pequeños árboles de Navidad y algunas velas en la parte superior de sus trincheras, mientras gritaban en inglés: «nosotros no disparamos, si ustedes no disparan».

El fuego cesó a lo largo de los muchos kilómetros en los que se asentaban ambos ejércitos. Los soldados, salieron temerosos de las trincheras y se acercaron unos a otros; comenzaron a intercambiar algunas provisiones y recortes de periódicos, eran los únicos bienes que tenían.  La fraternización estaba prohibida y era severamente castigada, pero aquellos combatientes lo pasaron por alto, y celebraron juntos.

El sargento británico, Bernard J. Brooks, escribió:

«A última hora de la tarde los alemanes se volvieron divertidísimos, cantando y gritándonos. Dijeron en inglés que, si no disparábamos, ellos tampoco lo harían. Encendieron fuegos fuera de su trinchera, se sentaron alrededor y empezaron un concierto».

Uno de los momentos más emotivos de la inesperada unión navideña, ocurrió cuando un capellán escocés, que hablaba inglés y alemán, elevó diversas plegarias, mientras los soldados se ayudaban mutuamente para enterrar a los muertos.

Británicos y alemanes, compartieron sus escasos alimentos, celebraron juntos la Nochebuena, unieron sus oraciones, y entonaron, a manera de himno universal, cada uno, en su propio idioma: Noche de Paz.

Stille nacht, heilige nacht.
Alles schläft, einsam wacht
nur das traute, Hochheilige Paar.
Holder Knabe im lockigen haar,
schlaf in himmlischer ruh.
schlaf in himmlischer Ruh.

Esa Navidad de 1914, se rompieron todos los esquemas; y en una continuación de hechos extraordinarios, la mañana del veinticinco de diciembre, ambos bandos jugaron los partidos de futbol más memorables que hayan existido, ¿el resultado?, es intrascendente, porque se trataba de celebrar la vida.

Al respecto, el sargento británico Clement Barker, narra que uno de los partidos inició, cuando del lado inglés patearon una pelota al campo de batalla. Jugaron entre el hielo y la sangre, se despojaron de camisetas, nacionalidades y odios, simplemente, disfrutaron el momento.

«Mi nombre es Tom Palmer y soy soldado escocés del Imperio Británico. Solo tengo una orden: matar alemanes. Y hoy, día de Navidad de 1914, he jugado al futbol con ellos».

El teniente alemán Johannes Niemman, escribió:

«Ellos hicieron su portería con unos sombreros extraños, mientras que nosotros hicimos lo mismo. No era sencillo jugar en un lugar congelado, pero eso no nos detuvo…, el partido sólo duró una hora y no había árbitro».

A manera de homenaje, en la Iglesia de St. Luke, en Liverpool, Inglaterra, se encuentra una estatua que representa a dos soldados, uno inglés y otro alemán, estrechándose la mano antes de iniciar un partido de futbol.

Silent night,
Holy night.
All is calm,
all is bright.
Round yon Virgin Mother and Child
Holy Infant so tender and mild.
Sleep in heavenly peace.
Sleep in heavenly peace.

El teniente inglés, Geoffrey Heinekey, escribió a su madre:

«Ocurrió algo extraordinario… Algunos alemanes salieron y levantaron las manos y empezaron a recoger a algunos de sus heridos, así que nosotros mismos salimos inmediatamente de nuestras trincheras y empezamos a recoger también a nuestros heridos. Los alemanes nos hicieron señas y muchos de nosotros fuimos a hablar con ellos y nos ayudaron a enterrar a nuestros muertos. Esto duró toda la mañana, y hablé con varios de ellos y debo decir que parecían hombres extraordinariamente buenos…».

La Tregua de Navidad, ha sido recreada en distintos ámbitos. En 2005, llegó a la pantalla con la película Joyeux Noël, un largometraje francés, que fue nominado al Óscar como mejor película de habla no inglesa, en el que, por cierto, participa el tenor mexicano, Rolando Villazón.

Stanley Weintraub, en su libro, Noche de paz: la historia de la tregua navideña de la Primera Guerra Mundial (Silent Night: The Story of the World War I Christmas Truce), ofrece un conmovedor relato de la pausa de Navidad; en esta obra, reúne cartas y diarios de muchos de los soldados que estuvieron presentes, también está ilustrado con magníficas fotografías, que dan testimonio del día en el que el horror de la guerra se detuvo, gracias a un grupo de hombres que, -por razones que ni ellos mismos conocían-, estaban obligados a combatir entre ellos, y que, decidieron dejar las armas a un lado y celebrar juntos, el nacimiento de un pequeño niño, que trajo esperanza al mundo.

Noche de amor, noche de Paz,
Jesús, nace en un portal.
Llene la tierra, la paz del Señor,
llene las almas, la gracia de Dios,
porque ha nacido el Redentor.

Adriana Hernández Morales

Título:                   Noche de paz: la historia de la tregua navideña de la Primera Guerra Mundial
(Silent  Night: The Story of the World War I Christmas Truce).

Autor:                  Stanley Weintraub

Editorial:              Penguin Random House

(También disponible en audiolibro)