Alemania conmemora este sábado el 75 aniversario de la Operación Valkiria, la trama más famosa para asesinar a Adolf Hitler con un homenaje a los conspiradores que fueron ejecutados por tratar de asesinar al dictador nazi.

Angela Merkel, canciller de Alemania, encabezó la ceremonia anual de juramento de unos 400 soldados antes de participar en el homenaje en el patio del edificio donde se ejecutó al cabecilla de la trama, el coronel Claus von Stauffenberg.

La historia narra que Stauffenberg supo que la Gestapo podría arrestarlo en cualquier momento y se decidió a matar a Hitler en la primera ocasión viable.

La trama fue minuciosamente preparada durante meses por un grupo de aristócratas y militares.

El coronel fue quien colocó un maletín con una bomba activada bajo la mesa donde Hitler se reunía con el Estado Mayor, en su cuartel de Prusia Oriental, en Ketrzyns.

En el interior del maletín había dos artefactos, pero solo estalló uno y provocó la muerte de cuatro de las veinticuatro personas presentes, mientras que Hitler sufrió apenas heridas leves y se dirigió unas horas después por radio al país.

Stauffenberg abandonó el cuartel poco antes del estallido y regresó a Berlín sin saber aún que Hitler seguía vivo, dispuesto a seguir con su plan de negociar el fin de la guerra con los aliados.

Esa misma noche fue ejecutado con varios de los suyos, cientos de implicados en la Operación Valkiria fueron asesinados en los días siguientes, mientras que sus familiares sufrieron la represión nazi.

Stauffenberg era entonces un oficial de 36 años, casado y padre de familia, que había perdido un ojo, la mano derecha y dos dedos de la izquierda en África.

Su figura sigue rodeada de controversia, sea por quienes le tachan de traidor o por quienes sostienen que los conjurados no actuaron movidos por el horror ante la monstruosidad del nazismo, sino frustrados ante el discurrir de una guerra que veían perdida.

Algunos habían sido fervientes nazis, enardecidos por las primeras ofensivas contra Polonia y Rusia y vieron en Hitler un instrumento para recuperar la dignidad perdida tras la I Guerra Mundial.