Puebla es una buena muestra del papel que en la “democracia” mexicana juegan los partidos políticos. Hasta ahora no hay una institucionalidad que represente los intereses de los ciudadanos. Los partidos políticos no cumplen con las expectativas e intereses sociales.

Son excelentes vehículos para el acceso al poder de las élites.

Son membretes. Son franquicias. Para acceder a puestos políticos de “representación” popular.

Ahora vemos una disputa en el PAN de Puebla por el control de la marca.

El morenovallismo versus el conservadurismo.

La pelea de corrientes, o propuestas, o grupos, o ideologías, por llegar fortalecidos al 2024. Por tener presencia en la manifestación pública, social y política.

Genoveva Huerta Villegas vs Augusta Díaz de Rivera.

Jorge Aguilar Chedraui vs Eduardo Rivera Pérez.

Dos proyectos, dos objetivos, dos realidades.

Quienes tienen comunicación con Miguel Barbosa contra quienes marchan juntos con el gobernador.

Los liberales en contra de la izquierda vs los conservadores aliados con la izquierda.

El Yunque con Morena.

¡Ah cabrón!

Vaya paisaje.

Sin duda, la política y la ideología, en la tercera década ya del siglo XXI, no tienen principios.

Sí intereses.

¡Y qué!

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Luis Enrique Sanchez Fernández es periodista; ha escrito para impresos en papel, radio, televisión y portales digitales. Es universitario, historiador y cronista.