Claudia Morales

Es un gusto para mi colaborar en este portal, Periodismo Hoy, y lo hago muy ilusionada y agradecida por esta gran oportunidad. Hace 15 años escribí en un par de diarios en Puebla, en aquel tiempo, radicaba en esa hermosa ciudad a la que tanto quiero y extraño, por azares del destino cambie mi residencia a la Ciudad de México, la vorágine de cosas que me trajeron aquí hicieron dejará esa gran pasión. Pero hoy la vida y su director, Luis Enrique Sánchez Fernández, me dan la oportunidad de retomarlo, estoy encantada y feliz por tener un foro de expresión y llegar así a todos ustedes.

Este encierro derivado de la Pandemia me ha dado tiempo para reflexionar sobre muchas cosas que he hecho y también las que he dejado de hacer, han sido unos meses difíciles en todos los aspectos: el temor de contraer una enfermedad que puede terminar en un desenlace fatal para mí o para mi familia, el sobrevivir en el encierro, hay ocasiones que el grado de estrés y ansiedad que se vive es muy fuerte, convivir las 24 horas del día con la familia y tratar de ser tolerante, respirar, meditar, orar, comer, hacer ejercicio, hacer tareas, conectarte a Zoom a clases a distancia con un niño de 4 años, cuya energía es inagotable y por último una crisis personal que me estaba acabando. Algo se tiene que hacer, sino se quiere caer en el hospital con un ataque de nervios o infarto al miocardio, que, dicho sea de paso, por el momento no es buena idea acudir a esos lugares por razones que todos conocemos. Así que en ante esta encrucijada algo se tenía que hacer y se hizo.

Afortunadamente tengo un grupo de autoayuda al que pertenezco desde hace algunos años, y nos hemos conectado religiosamente desde que empezó todo esto de lunes a viernes a las 8:00 pm, es una catarsis para mí expresar todo lo que siento y vivo en estos momentos, tengo entrañables amigos ahí, personas que con el tiempo han tenido un gran avance en sus vidas y la forma en que enfrentan sus problemas. También acudí con la ginecóloga, por cambios hormonales o por una disforia en la fase lútea, que me ha perseguido toda mi vida, y ahora se ha agravado. Esta maravillosa Doctora, me receto vitamina D, Magensio, VitaminaB12, multivitamínicos del Dr. Mercola, y unos adaptógenos, que son hechos a base de plantas y he de reconocer que son fantásticos, controlan el stress, las hormonas y otras deficiencias del cuerpo, aclaro todo es natural y también bastante caro caray. De igual forma decidí tomar una terapia vía Zoom para regular mis emociones, pues en estas últimas fechas se han disparado y tengo que vigilarme todo el tiempo para ver que pienso, siento y actúo. Finalmente hacer ejercicio, que como todos sabemos genera endorfinas y dan una sensación de felicidad, lo olvidaba, una meditación de 5 minutos de mindfulness.

Cualquiera diría que con todo lo anterior, debería estar mucho mejor y es cierto, pero falta lo más importante, mi espíritu, de nada servirá lo demás si mi espíritu sigue dormido ¿Y cómo se despierta? Ayudando a los demás, olvidándome del “yo, mí, me, conmigo” haciendo a un lado el egoísmo con el que he vivido tanto tiempo. Muchos años pensé: “cuando consiga tal empleo, cuando gane tanto dinero, cuando esa persona me ame, cuando tenga la casa de mis sueños, cuando compre ese auto que me encantó”. Cuando tenga y tenga y tenga, siempre querer poseer cosas materiales, pero nunca me preocupe de forma real y consiente de mi espíritu, y ahora es el que me grita desde el silencio y el encierro “¡déjame salir!”. Tener fe y confiar en algo o en alguien que sea más grande que yo, omnipresente, omnipotente, omnisciente, me refiero a Dios, es el que me hace sentir segura y tranquila, porque hoy ante él, ante mí y ante todos acepto que no puedo sola frente a toda esta crisis que estoy viviendo, necesito su ayuda, su guía, su fuerza activa, que por primera vez y por lapsos cortos empiezo a sentir, como si algo dentro se moviera lentamente y a crear conciencia de otra clase de necesidades, las del espíritu, porque he visto tanta soberbia, orgullo, maldad, desinterés en los demás, una gran falta de amor natural, que lo único que me genera es el deseo de encontrar la mejor versión de mí, para mi familia y para lo y los que me rodean. Esta es mi prioridad en estos momentos y deseo que sea “de aquí pal real”, pues eso me dará la serenidad que tanto anhelo y la fortaleza y sabiduría para enfrentar todas las cosas que se presenten en mi transitar en esta vida y en la futura. Dios es mi fortaleza y mi plaza fuerte en quien de verdad confío.

Espero sus comentarios a mi correo electrónico claudiamor_26@yahoo.com.mx y Twitter @claudiamor20