Redacción

Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, solicitó abrir una investigación sobre la denuncia de que se registraron un elevado número de histerectomías en una prisión privada para migrantes, algo que un descrito como “una experiencia de un campo de concentración”.

Si eso es cierto, las terribles condiciones descritas en la denuncia, incluidas las acusaciones de que las mujeres migrantes vulnerables se han sometido a histerectomías masivas, constituyen un abrumador abuso de los derechos humanos.

A la par, la demócrata insistió en que el inspector general del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) “debe investigar de inmediato las denuncias”.

La denuncia sobre extracciones de útero se produjo después de que la enfermera Dawn Wooten filtró información sobre las prácticas de salud en la prisión migratoria de Irwin en Georgia.

Wooten señaló su preocupación por el alto número de mujeres que se sometieron a histerectomía, y dijo que, aunque el procedimiento a veces está indicado, “no es común que todos los úteros sean malos”.

La enfermera también mencionó que quedó impresionada por la práctica de un ginecólogo privado ubicado fuera del centro, donde se enviaba a los detenidos.

Una detenida entrevistada por Project South dijo que cuando escuchó que todas estas mujeres habían sido operadas, pensó que “era como un experimento en un campo de concentración”.

Era como si estuvieran experimentando con nuestros cuerpos.

Pelosi calificó la denuncia como “profundamente inquietante” y dijo que se refería a tiempos “oscuros” como la explotación de Henrietta Lacks, una mujer negra cuyas células se utilizaron para investigaciones; y el horror de las experiencias de “Tuskegee” con la sífilis durante varias décadas en el siglo XX.

“El Congreso y el pueblo estadounidense necesitan saber por qué y bajo qué circunstancias tantas mujeres, supuestamente sin su consentimiento, fueron empujadas a este procedimiento extremadamente invasivo”, concluyó Pelosi.