Redacción

Petróleos Mexicanos (Pemex) es la compañía estatal más vulnerable de América Latina a la caída de los precios del petróleo, advirtió Fitch Ratings.

Aunque la posición de liquidez de Pemex actualmente es adecuada como resultado de las bajas amortizaciones y líneas de crédito disponibles, su débil perfil crediticio individual limita su resiliencia a los bajos precios de los hidrocarburos y aumenta materialmente su dependencia del apoyo gubernamental.

La pandemia de coronavirus Covid-19 ha destruido la demanda de crudo a nivel mundial, provocando una guerra de mercado entre Arabia Saudita y Rusia, por lo que los precios han descendido a sus peores niveles en los últimos 18 años, y la mezcla mexicana no ha sido la excepción.

Fitch prevé que Pemex requerirá fondeo adicional del gobierno mexicano durante 2020 ante un esperado flujo de efectivo negativo, como resultado de su alta carga fiscal acompañada de un ambiente de bajos precios petroleros.

La liquidez de la compañía refleja aproximadamente 3,200 millones de dólares a partir del año 2019 y aproximadamente 9,700 mdd en líneas de crédito comprometidas en comparación con aproximadamente 2,000 mdd de vencimientos de deuda principal en 2020, después de que una operación de gestión de pasivos a principios de este año reduzca significativamente los pagos principales de adeudos durante los próximos 12 meses.

Uno de los factores potenciales de mitigación en la generación de flujo de efectivo son las coberturas petroleras y la venta minorista de gasolina, además de que el gobierno permita o no que Pemex retenga impuestos a los combustibles, como ha hecho anteriormente, para respaldar el flujo de efectivo de la compañía.

El pasado 6 de junio de 2019, la calificadora degradó la nota de Pemex de largo plazo en moneda extranjera y local a BB+ desde BBB-, lo que la coloca en el terreno de ‘bono basura’.