Petróleos Mexicanos (Pemex) se encuentra en una quiebra técnica, consideró el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

“A lo largo de la última década, Pemex no ha sido capaz de generar los recursos suficientes para financiar su gasto operativo y de inversión, así como para hacer frente al costo financiero de su deuda y a sus obligaciones fiscales”, detalló el think tank mexicano que dirige Manuel Molano.

En el reporte el centro de investigación detalló que a pesar de que en la última década el gobierno federal le ha inyectado más de 250 mil millones de pesos, se requiere más que dinero cambios profundos en la manera en que toma decisiones, opera e invierte.

Y es que, desde 2009, los gastos anuales de la petrolera mexicana fueron mayores a sus ingresos, situación que la obligó a endeudarse más. Sus obligaciones financieras crecieron 113 por ciento en términos reales de 631 mil 850 millones de pesos a 2 billones en los últimos 10 años.

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Por ello, propuso que el rescate del gobierno federal a la petrolera debería estar condicionado a la implementación de una serie de ajustes estructurales que garanticen su viabilidad en el mediano y largo plazos.

Asimismo, su negocio más rentable, la extracción de crudo, va en declive. De diciembre de 2003 a junio de 2019, la producción se redujo a la mitad de 3.5 a 1.7 millones de barriles diarios.

Además, las calificadoras de riesgo crediticio han evidenciado la gravedad de la situación: Pemex puede convertirse en el mayor emisor corporativo de bonos basura o sin grado d inversión del mundo.

Pese a ello, el IMCO reconoce que sí vale la pena rescatar a la compañía estatal por sus implicaciones sistémicas en la economía y finanzas públicas —pagó impuestos al gobierno por 932 mil 824 mdp en 2018—.

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Ello debe estar acompañado por los apoyos financieros del gobierno de López Obrador y “cambios sustanciales” en la operación y gestión de la compañía.

Entre ellos está: reformar el consejo de administración con perfiles profesionales, independientes y sin conflicto de interés; lanzar al mercado bursátil acciones equivalentes al 33 por ciento del negocio de Pemex: renegociar el contrato colectivo de trabajo entre Pemex y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.

Además de reactivar la participación de la iniciativa privada en la exploración y producción de crudo y gas; abandonar el resto de actividades que no sean la exploración y extracción de hidrocarburos y cancelar la construcción de la refinería de Dos Bocas o en su defecto crear una empresa independiente a Pemex que opere la obra y negocie un contrato colectivo rentable y competitivo

Con información de Forbes