Tras las severas críticas de órganos internacionales sobre las amenazas de Trump contra el patrimonio de la humanidad, la Casa Blanca abrió la puerta con una conferencia de prensa el miércoles 8 de enero donde Trump advirtió primeramente que no permitirá que Irán se haga de armas nucleares y sea una amenaza para los Estados Unidos. Seguidamente sostuvo que Irán se había “contenido” tras la represalia y por tanto no había intención de escalar más el conflicto. Aún así, recalcó que se impondrán nuevas sanciones económicas al país persa.

Por lo tanto, los ataques de ojo por ojo se han detenido por el momento, aunque las ciento setenta personas que murieron en un avión, cuyos nombres desconocemos en su mayoría, cuya ausencia sólo se ha sentido en sus familias y quienes han recibido apenas una toma de responsabilidades por parte del gobierno iraní. En lo que concierne a esta crisis, el avión ha sido un accidente lamentable nada más.

Sin embargo, el daño que se hace con cada crisis en la carrera por las publicaciones último momento nos muestran de manera tangible la profundidad de la desinformación a la que están expuestas las audiencias y lo vulnerables que son los públicos poco críticos cada vez más capacidad para discernir entre información verdadera y falsedades.

Como apunta el análisis de medios en USA Today (08-01-2020), el aluvión de información errónea recalca que a pesar de los esfuerzos que hacen compañías tecnológicas para evitar la propagación de “fake news” y el contenido fabricado o engañoso, este sigue afectando el flujo de información que recibe a la gente.

Cualquiera puede abrir una cuenta de twitter y modificar la información a manera de engaño, pero quienes ostentan el poder quienes están moldeando la manera en que el público consume la información a  modo, sin consideraciones sobre su veracidad. Pues en realidad ha dejado de importar si la información que las personas ven y comparten es cierta o no, siempre y cuando refleje sus opiniones. Y esto es un peligro colosal.

Por ahora, si bien es cierto que Estados Unidos se ha deshecho de uno de sus enemigos principales, un hombre que era muy importante para Medio Oriente, Estados Unidos no podría continuar su intención de escalar el conflicto sin romper leyes internacionales que protegen a los países de ataques no consensuados, sin prueba una amenaza probada. A pesar de que Suleimani fue asesinado argumentando que era un terrorista, lo principal de una figura como él es que era representante de un estado, Irán, que como tal continuará sus políticas y probablemente reemplazará al líder por otro agente.

Mientras tanto, el periodismo de megáfono seguirá enfrentando el revés de su propia creación, la libertad de publicar todo, replicar todo, estar informados de todo, y apabullantemente de nada. Si se sigue usando la red social como fuente y base de la información en las salas de redacción nos hacemos estenógrafos de unos cuantos algoritmos que nos tocan la batuta. 

Con información de NYT, USA Today, Aljazeera y agencias.

Twitter: @Clitemnistra


Periodista. Escribe sobre asuntos internacionales, crisis, conflicto y periodismo. Previamente corresponsal en Jerusalem.