Pese a las adversidades, Matilde Montoya Lafragua es un personaje excepcional que nos motiva porque rompió las ataduras de las mujeres para acceder a la educación superior y estudiar una carrera profesional, aseveró la rectora Lilia Cedillo Ramírez, durante la presentación del libro Matilde, de Carlos Pascual.

En el marco de las actividades para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, la rectora de la BUAP indicó que esta novela histórica invita a reflexionar sobre la situación que viven las mujeres en el país y en nuestros días. Pese a los cambios, desafortunadamente se encuentran similitudes que padecen las profesionistas en el campo laboral de la Medicina, quienes por ser jóvenes y mujeres son poco valoradas.

Ante ello, tenemos mucho por hacer; las jóvenes tienen que conocer a Matilde Montoya para que sea su motor e inspiración, comentó. “Esta obra de Carlos Pascual, en la cual se entrelazan sucesos históricos que marcaron la vida de su protagonista y ubican al lector en otras partes del mundo en el área de la ciencia con los aportes de Carlos Darwin y Louis Pasteur, por ejemplo, es reflexiva para muchos de nosotros para conocer la capacidad y perseverancia de este personaje, quien dará pie a forjar a muchas Matilde Montoya”, destacó la doctora Cedillo Ramírez.

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Carlos Pascual Quiroz expresó que Matilde Montoya no sólo fue la primera médica mexicana titulada en 1887, sino la primera mujer en acceder a la educación superior provocando el sobresalto de quienes atestiguaron la inevitable destrucción de los cánones establecidos. “Cuando conocí su historia supe que era una heroína, una mujer que luchó por lograr sus objetivos y rompió los esquemas sociales y políticos”.

Contó siempre con el apoyo de su madre, Soledad Lafragua -quien era poblana-, logró superar las adversidades y abrió las puertas de la academia a las mujeres. Si bien tenía detractores, también fue apoyada por hombres y mujeres con una visión de futuro, relató.

Pascual Quiroz, Premio Nacional de Periodismo 2001, refirió que Matilde Montoya fue una mujer forjada en la adversidad. Nace en el último año de la presidencia de Ignacio Comonfort y muere durante el periodo de Lázaro Cárdenas, en 1939, por lo que fue testigo de la Guerra de Reforma, el Imperio de Maximiliano de Habsburgo, la República Restaurada, el Porfiriato, la Revolución y hasta del gobierno socialista de Cárdenas.

Matilde Montoya “hizo de su ciencia y la medicina un apostolado. Sacrificó la maternidad y un matrimonio por su carrera”. También trabajó a favor de las mujeres: en 1914 funda la Academia de Médicas Mexicanas y en 1922 participa y organiza el Primer Congreso Feminista Panamericano en la ciudad de México.

Carlos Pascual Quiroz, quien obtuvo también el Premio Grijalbo de Novela 2010 por La insurgenta, texto histórico sobre Leona Vicario, exhortó a revalorar el papel de las féminas en la historia y la ciencia. “Nunca más la historia de México sin sus mujeres, porque sin ellas la historia no puede ser. A partir de ahora debemos reconocerlas como figuras que nos validan como mexicanos y nos dan a entender de dónde venimos y cómo somos”.

Al moderar la presentación de esta obra, María Eugenia López Brun, presidenta de la fundación Andamio, reconoció en Matilde Montoya a una mujer emblemática que abrió las puertas de la educación superior a las mujeres, así como la lucha por sus derechos. “Esta aportación de Carlos Pascual es una lectura obligatoria para conocer el camino hacia la igualdad de condiciones en las aulas, además de aprender de la vida de México durante los siglos XXI y XX, ya que su protagonista lleva de la mano al lector por la historia del país”.